Una embarcación con casi 200 refugiados rohinyás, incluidos 32 niños, llegó ayer a Indonesia. Es el segundo desembarco en los últimos días, según informaron autoridades locales y la ONU. Se cree que unas 26 personas murieron a bordo, mientras algunos de los supervivientes tuvieron que recibir cuidados médicos al llegar muy debilitados y deshidratados a las orillas de Ujong Pie, en Aceh, en el norte de la isla de Sumatra.

La precaria embarcación partió hace más de un mes de Bangladesh y en la larga travesía por el golfo de Bengala y el mar de Andaman han sufrido falta de alimentos y agua.

La agencia de la ONU para los refugiados, Acnur, cifró en 174 los ocupantes del barco llegado a Aceh, mientras que la Policía local lo hizo en 185, y precisó que los supervivientes hablaban de 26 muertos en la travesía. La agencia gradeció a las autoridades y pescadores indonesios la ayuda prestada a los rohinyás que llegan, incluidos unos 58 hallados el domingo en una playa de Aceh tras ser dejados allí por un barco.

«Indonesia ha ayudado a salvar a 472 personas en las últimas seis semanas -indicó Acnur-. Otros no respondieron a los numerosos pedidos de auxilio».

Según la agencia, unos 2.000 rohinyás se han embarcado este año en peligrosas travesías, de los que unos 200 han muerto y 180 se encuentran desaparecidos, ya que se cree que su barco naufragó en alta mar.

«Ningún país hizo nada»

La directora de la ONG Arakan Proyect, Chris Lewa, indicó a Efe que es el quinto barco con rohinyás localizado este mes en la región. Recordó que el último barco con 185 rohinyás llevaba semanas a la deriva sin que ningún país de la región hiciera nada por acogerlo o ayudarlo. «Teníamos sus coordenadas de GPS, pero ningún país hizo nada. Solo la Marina india les dio agua y comida y dejó que siguieran su camino», afirmó Lewa, quien agregó que pueden haber muerto en el barco unas 12 personas.

Solo en diciembre, además de los dos barcos arribados a Indonesia, una embarcación con 105 rohinyás fue rescatada por las autoridades esrilanquesas el día 18 y otra con otros 152 fue remolcada por barcos vietnamitas y entregada a Myanmar el día 7. Lewa cree que otro más con unos 180 rohinyás, sobre el que el Acnur lanzó una alerta hace días, se hundió.

Los rohinyás huyen de Myanmar, donde sufren persecución, y de los campos de refugiados de Bangladesh, donde son víctimas del aumento de la criminalidad, las restricciones impuestas y la falta de esperanza.

Llegan a pagar entre 1.500 y 2.500 dólares a los traficantes de personas para embarcarse en peligrosas travesías principalmente con la intención de llegar a Malasia.