El republicano Kevin McCarthy se topó con la resistencia del trumpismo en el Congreso de EEUU y no logró ser elegido presidente de la Cámara Baja en las primeras votaciones celebradas ayer por el voto en contra de varios miembros del ala más a la derecha de su propio partido.

McCarthy necesitaba 218 votos para ser elegido como portavoz de la Cámara de Representantes y en la segunda votación solo consiguió 203, los mismos que en la primera ronda, por lo que se preveían sucesivas votaciones, una situación que no se producía desde hace un siglo.

Aunque rechazado por el ala más derechista, no contaba de inicio con un oponente con posibilidades. En la segunda votación, el congresista republicano Jim Jordan obtuvo 19 votos, nueve más que el también republicano Andy Biggs, candidato en la primera votación.

El aspirante demócrata Hakeem Jeffries, de Nueva York, obtuvo 212 votos, con el consenso del Partido Demócrata. Faltó el voto del legislador demócrata Donald McEachin, fallecido en noviembre.

Los republicanos controlan la mayoría de la Cámara Baja con 222 de los 435 escaños, pero, pese a semanas de negociaciones, McCarthy llegó a la sesión sin los votos suficientes. La Cámara Baja no puede dirimir ningún asunto hasta que sea elegido su presidente, que es la tercera autoridad de EEUU después del presidente, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, quien también preside el Senado.

La revuelta contra McCarthy ha sido liderada por un pequeño grupo de legisladores ultraconservadores agrupados en el llamado Freedom Caucus. Algunos de ellos confirmaron que no iban a apoyar a McCarthy y reprocharon que el candidato a presidir la Cámara pretendiera su «sumisión» sin condiciones, en palabras del representante por Florida Matt Gaetz.

Exigencias

El californiano Scott Perry recordó que hace tiempo enviaron a McCarthy sus demandas, como el cambio de reglamento de los debates o los nombres que quieren poner al frente de los comités de la Cámara, pero este no se prestó a negociar hasta última hora.

McCarthy, por su parte, criticó que haya miembros de su partido que se oponen a su nombramiento porque piensan más «en sus cargos que en el país. Probablemente tendremos una batalla en el pleno, pero la batalla es por el partido y por el país, y voy a librarla», afirmó el congresista por California.

El nuevo Congreso estadounidense inicia esta nueva legislatura con la previsión de que los dos últimos años de mandato del presidente, Joe Biden, se vean obstaculizados por la oposición republicana.

Aunque los republicanos ganaron las elecciones a la Cámara de Representantes en noviembre, la victoria de los conservadores fue mucho menor de la que muchos preveían. Además, los demócratas no solo consiguieron retener la mayoría en el Senado, sino que ganaron un nuevo escaño.

Los republicanos tradicionales culpan a la influencia del expresidente Donald Trump en los comicios, mientras que el ala trumpista lo atribuye a la campaña diseñada por McCarthy.