Aster NAVAS
KOLABORAZIOA

«You never can tell»

Hay una canción de Chuck Berry, “You never can tell” que se hizo eterna gracias a que sacó a bailar, en una escena mítica de Pulp Fiction, a Mia Wallace y Vincent Vega, interpretados magistralmente por Uma Thurman y John Travolta. Desde que el tío Chuck la compuso en 1963, se ha versionado en multitud de ocasiones; en la mayor parte de ellas -también en la de Bruce Springsteen- se ha respetado su ritmo vertiginoso original; ese que hace que ya con los primeros compases se te vayan los pies: «C'est la vie, it goes to show you never can tell». La única que se atrevió a convertirla en una balada fue Elise Legrow en un romántico cover que publicó en 2017; transformó aquel twist en un tórrido «agarrado» que está subido a Youtube. Y es que you never can tell, nunca puedes decir de este agua no beberé o este cura no es mi padre.

Me viene el título de ese temazo a la cabeza dándole una vuelta a la actualidad; en qué han devenido y devienen los acontecimientos con que se nutren los medios de comunicación en estas fechas tan entrañables. Y me explico.

Quién nos iba a decir, sin ir más lejos, que el conflicto de Ucrania y sus repercusiones energéticas iban a bendecir a gobiernos hasta hace nada demonizados como el de Venezuela o Argelia (este último acaba de condenar al líder bereber Ferhat Mheni a cadena perpetua); ha blanqueado a tipos como Mohammed bin Salman, hundido hasta las corvas en un asunto tan embarrado como el de Jamal Khashoggi. Y todo esto sin rascar demasiado.

Quién iba a pensar que Marruecos no era Marruecos o, al menos, el Marruecos que se presumía.

Quién nos iba a decir que el Departamento de Educación iba a pedir a los centros de enseñanza concertada que publiquen las cuotas que -en principio no cobraban- cobran a las familias. Quién iba a decir que ese ejercicio imprescindible de transparencia iría camino de convertirse en la excusa perfecta para conseguir aún mayor financiación: siendo como somos desde hace décadas el mejor referente en segregación escolar, en filtros de todo tipo. «You never can tell»

Quién nos iba a decir que los informativos iban a contar, especialmente en Navidad, las noticias en clave económica; que los partes informativos iban a abrir con números de ocupación hotelera y de gasto que, «afortunadamente», ya se aproximan a los de prepandemia; con imágenes y entrevistas que espolean aún más ese consumo vertiginoso, desenfrenado, que niega la mayor: que comer tres veces al día sea con frecuencia en muchas casas un lujo, que para muchos quede mucho mes al final del sueldo. «You never can tell»… Acaso la próxima reforma, la que sucederá en breve a la Lomloe perseguirá como perfil de salida formar consumidores, gente «responsable» que dinamice la economía.

Quién nos iba a decir que esos dos sonetos de Aresti iban a aparecer así, dentro de un manual de texto de religión. You never can tell qué te vas a encontrar dentro de un libro. Difícil saber si acabaron allí como marcapáginas o buscando refugio o escondite.

Emocionan esos libros tomados en préstamo de una biblioteca que entre páginas tienen aún arena de alguna playa. Si sorprenden al lector, qué no harán con los personajes que los habitan. En fin.