Las ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Mediterranée denunciaron ayer que el Gobierno de la ultra Giorgia Meloni, que en diciembre aprobó un nuevo decreto con medidas para obstaculizar y combatir a estas organizaciones, a las que acusa de fomentar la inmigración irregular, negó a dos barcos humanitarios permiso para atracar en un puerto más cercano, el de Ancona, en el centro del país, y la posibilidad de llevar a todos los náufragos al mismo barco, dadas las malas condiciones meteorológicas previstas para los próximos días.

«Tras la negativa a concedernos un puerto, exigimos a las autoridades de Italia que transbordaran a los 73 náufragos del Geo Barents al Ocean Viking. Esta petición también fue denegada por el Ministerio del Interior», indicó Médicos Sin Fronteras (MSF).

El Geo Barents, fletado por MSF, y el Ocean Viking, de SOS Mediterranée, con 37 rescatados a bordo, reanudaron el miércoles sus operaciones de salvamento, los primeros en hacerlo tras la aprobación de nuevas reglas más férreas sobre los rescates de las ONG por el Ejecutivo Meloni.

Sin embargo, el sábado, tras un primer y único rescate, ambas fueron enviadas a desembarcar en el lejano puerto de Ancona, una medida que forma parte de la nueva política del Gobierno ultraderechista italiano para dificultar estas operaciones en el Mediterráneo Central.

Ante el previsto empeoramiento de las condiciones meteorológicas, poco después las dos ONG solicitaron que se les permitiera atracar en un puerto más cercano al de Ancona (centro), pero Roma lo rechazó también.

Tanto MSF como SOS Mediterranée consideran que la designación de un puerto lejano va contra el derecho internacional porque los supervivientes han de desembarcar lo antes posible, según las convenciones marítimas.

Mientras, los rescates de las ONG continúan. Los cinco primeros días del año desembarcaron en Italia 2.556 migrantes que zarparon desde el norte de África, frente a los 368 que lo hicieron en el mismo periodo del 2022, según datos del Ministerio del Interior.