Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
EL DESPERTAR DE MARÍA

Alegrías al compás de Elvis

Esta saludable y a ratos excesivamente edulcorada comedia romántica resulta tan simple como eficaz, tanto en su desarrollo como en su resolución.

Mención especial merece la actriz Karin Viard, la cual asume el peso y el riesgo de llevar a buen puerto un proyecto humilde y que, en manos menos habilidosas, hubiese tenido un resultado bien diferente y lindante a los territorios del almíbar. Viard aporta su vitalismo a una mujer que, tras lograr un trabajo en el equipo de limpieza de la Academia de Bellas Artes de París, verá cómo cambia su vida en cuanto se cruce con el excéntrico conserje de la institución, el cual vive obsesionado con dominar los icónicos movimientos de baile de Elvis Presley.

En esta ruta compartida, ella comenzará a ver un poco de luz en su gris existencia.

Luminosa y divertida

Con estos mimbres, el dúo formado por los intérpretes Lauriane Escaffre e Yvonnick Muller ha debutado detrás de la cámara y, de paso, han participado como intérpretes en diferentes pasajes -un tanto histriónicos- dentro de un conjunto que mantiene su equilibrio.

Se trata, en definitiva, de una película afable que persevera, a veces con mayor acierto, en su empeño por dibujar una sonrisa en el espectador mediante una crónica sentimental luminosa y divertida. Tanto el ritmo como las situaciones gozan de un buen acabado pero, sobre todo el conjunto, lo que destaca es la vibrante interpretación de una Viard -bien secundada por Grégory Gadebois- que nos recuerda que nadie baila como ella al compás de Elvis.