Kansas City Chiefs se llevó en la noche del domingo al lunes la tercera Super Bowl de su historia en una final en la que tuvo que remar a contracorriente durante muchos minutos ante unos Philadelphia Eagles que se vieron sobrepasados en la segunda mitad.

Los dos primeros cuartos fueron para los de ‘La ciudad del amor fraternal’, que pusieron el ritmo y la música desde la primera posesión. El balón estaba casi todo el tiempo en manos del ataque verde, que desbordaba a sus rivales con una carrera por aquí, unos pases cortos por allá y de vez en cuando una bomba larga para estirar la defensa rival.

Así llegó el touch down de Brown, tras un lanzamiento desde casi el centro del campo hasta la zona de anotación. Jalen Hurts se apuntó además un doblete durante esos treinta primeros minutos. Al otro lado, Kansas no conseguía encadenar con fluidez, con la excepción de un drive culminado por la letal conexión entre Mahomes y Kelce.

Los Chiefs se mantenían a flote gracias a un balón que se le escurrió de las manos a Hurts y que la defensa de los de Misuri recuperó y convirtió en touch down. Al descanso el marcador era 14-24 y las alarmas estaban encendidas, después de que Mahomes se marchara cojeando tras un placaje. Hace tres semanas se lastimó un tobillo y tuvo que jugar con evidentes molestias contra Jacksonville Jaguars, pero ayer todo quedó en un susto.

Mientras Rihanna completaba su espectacular actuación, en los vestuarios Andy Reid, el veterano entrenador de Kansas, diseñaba la fórmula para darle la vuelta al marcador. En la remontada hubo papeles estelares para Isiah Pacheco (76 yardas en 15 carreras y un TD) y JuJu Smith-Schuster (7 recepciones y 53 yardas). Los puntos iban cayendo y con un parcial de 21-3 conseguían adelantarse 35-27 a falta de nueve minutos y medio para el final.

La defensa de Philadelphia perseguía fantasmas, pero le quedaban fuerzas para empatar a 35 con un touch down y una conversión de dos puntos, todo de la mano de un Jalen Hurts que se marchó a casa con un amargo hat-trick.

Restaban poco más de cinco minutos, pero Kansas supo quemar el reloj para evitar que los Eagles gozaran de una última posesión. A falta de 8 segundos, Butker no falló desde una distancia de 27 yardas y su patada entre los palos ponía el definitivo 38-35.

En las cinco últimas temporadas Kansas City suma dos Super Bowl -en 2020 y 2023-, un subcampeonato (2021) y dos finales de Conferencia (2019 y 2022). Poca broma. Iguala en el número de títulos a Denver Broncos, Las Vegas Raiders y Washington Commanders (Redskins).

Además tiene atado hasta 2031 a su jugador franquicia, Patrick Mahomes -MVP del partido-, con un contrato estratosférico por unos 500 millones de dólares. «No voy a decir que es una dinastía, esto no ha terminado. No hay nada que me pueda apartar del terreno de juego», apuntaba eufórico al término del choque. A sus 27 años en un jugador llamado a marcar época.

«Los grandes quarterbacks hacen que todos los que lo rodean sean mejores, incluido el entrenador en jefe», sentenciaba Andy Reid.