Ingo NIEBEL
CRISIS EN EL EJECUTIVO ALEMÁN

El revés en los comicios regionales de Berlín complica la labor de Scholz

Los tres partidos de la coalición del canciller, Olaf Scholz (SPD), han sufrido pérdidas en las repetidas elecciones regionales de la capital alemana del pasado domingo. Su socio minoritario, el partido liberal FDP ha entrado en barrena. La opositora Unión Demócrata Cristiana (CDU) gana con su discurso conservador.

(John MACDOUGALL | AFP)

Las elecciones regionales de la ciudad-estado de Berlín el domingo fueron una repetición de la votación de 2021 después de que la Corte Constitucional certificara múltiples vulneraciones del derecho electoral. La responsabilidad por el desastre recayó en el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), ya que lleva dos décadas gobernando la capital alemana. La nueva cita con las urnas costó al erario público 39 millones de euros.

La participación bajó del 75% al 65% y nadie sabe quien gobernará Berlín. El problema estriba en que la mayoría de representantes del Parlamento regional votará a quién dar la Alcaldía-Gobernación, lo que puede suponer que la formación más votada se quede fuera del Ejecutivo, condenada a seguir liderando la oposición.

En esta situación se halla la Unión Demócrata Cristiana (CDU). El comité regional logró subir unos diez puntos, al 28%. Su candidato principal, Kai Wegener, insiste en que es su partido el que «ha recibido el encargo de gobernar». Pero para ello necesita a un socio, al SPD o a los Verdes ecologistas.

Sin embargo, ambos partidos forman junto al socialista Die Linke (La Izquierda) el actual tripartito de la alcaldesa gobernadora, Franziska Giffey (SPD). El problema principal consiste en que SPD y Verdes aún se baten por la segunda posición: Según el resultado provisional, ambos habían logrado el 18,4%, pero el SPD va por delante por solo 105 votos. El director regional del sistema electoral estudia epetir el escrutinio.

Mientras tanto, Giffey piensa que podrá seguir gobernando otra legislatura más con su tripartito

. Es responsable de que el SPD haya perdido tres puntos y obtenido el peor resultado de su historia. Además, ni ella ni sus dos socios, la ecologista Bettina Jarasch y Klaus Lederer (Linke), lograron el mandato directo en su distrito electoral. Aún así, en comparación con el SPD, los Verdes solo perdieron el 0,5% y el Linke, un 1,9%, quedándose en el 14% de votos. Con todo, sumarían los escaños necesarios para seguir gobernando.

De la ecuación ha salido por completo el FDP, que ha quedado por debajo del listón del 5%, lo que hace que a la CDU le falte un socio potencial. De momento parece políticamente imposible que forme un Gobierno minoritario con la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) que pudo subir un punto, al 9%. El presidente de la CDU, Friedrich Merz, acaba de iniciar el proceso interno para expulsar del partido al expresidente del servicio secreto interior, Hans Georg Maassen, por sus declaraciones racistas. No obstante, en el este alemán su partido, junto con el FDP, ha vuelto a cerrar filas con la AfD lanzando un proyecto de ley contra el tripartito regional que forman Die Linke junto con el SPD y los Verdes en Turingia.

El enésimo pésimo resultado del FDP pone a su presidente, el ministro de Hacienda, Christian Lindner, contra las cuerdas. Su vicepresidente, Wolfgang Kubicki, exige más perfil en el tripartito frente a los Verdes: «Si no hay que construir más carreteras tampoco habrá más líneas de transmisión eléctrica», avisa.

Con la bronca en su tripartito en ciernes, Scholz ha de solucionar los problemas internos. Ahí está su ministra de Interior, Nancy Faeser, que se presenta como candidata en las elecciones regionales de Hesse, pero sin dejar la cartera. Según la oposición en el Bundestag, si no la suelta es para tener trabajo seguro en el caso de que el SPD pierda.

Además, el canciller ha de ocuparse de Giffey. La prensa cercana a la CDU especula con que la alcaldesa regrese al Gobierno federal. Sin embargo, en su día tuvo que dejar el Ministerio de Familia cuando se descubrió el plagio de su doctorado. Y luego está el rol que el propio Scholz jugó en el escándalo de fraude fiscal de los bancos, conocido como Cum-Ex. Si la CDU no ha explotado más ese asunto es porque aún no dispone de fuerzas en el Bundestag para desbancar al canciller y tampoco quiere hacerlo en medio de la actual situación internacional.