Koldo LANDALUZE
ORO PURO-RHEINGOLD

El río vital del nibelungo

Desde que se dio a conocer a nivel internacional con su intensa “Contra la pared” (2004), Fatih Akin ha desarrollado una carrera de alternancias en la que, con mayor o menor fortuna, siempre ha destacado por captar la trastienda social.

A ello cabría añadir su interés por la música y que tuvo su mejor ejemplo en su magnífico documental “Cruzando el puente: Los sonidos de Estambul” (2005).

En esta oportunidad, ambos caudales se reunen en un proyecto basado en el libro de Giwar Hajabi y en la accidentada peripecia vital y musical del rapero y productor kurdo-iraní Xata, desde el gueto en el que se crió hasta su ascenso a las listas musicales.

La cámara hace diferentes etapas en rincones tan sobrecogedores como la prisión iraquí en la que estuvo recluido y su posterior llegada a Alemania, a mediados de los años ochenta. En dicha ruta asistimos al constante auge y caída del protagonista que, en poco tiempo, pasó de ser un delincuente de poca monta a un traficante del alto rango.

Para desarrollar este periplo repleto de curvas peligrosas, Fatih Akin se ha decantado por un estilo que a ratos puede resultar un tanto chirriante y que pretende seguir la estela de los explosivos ritmos de Guy Ritchie. No obstante, el cineasta alemán de origen turco vuelve a demostrar su pericia al captar con acierto la otra cara de la llamada sociedad del bienestar.

Otra cosa interesante que podemos encontrar en “Oro puro-Rheingold” es su hilo conductor o, para ser más exactos, los constantes paralelismos que realiza con la ópera de Wagner “El oro del Rin”, la primera de las cuatro que componen el ciclo de “El anillo del nibelungo”. El conjunto se muestra desenfadado y vibrante y aporta una visión menos descarnada de lo que cabría suponer.