El Ejército de Burkina Faso dio a conocer ayer la muerte de 51 militares en una emboscada de milicianos armados el pasado viernes entre Deou y Oursi, en la provincia de Oudalan. En respuesta a la celada, indicó que han muerto 160 «terroristas». La emboscada en la región del Sahel fronteriza con Malí y Níger podría resultar la más mortífera contra las fuerzas de seguridad desde la de noviembre de 2021 en Inata, cuando murieron 57 gendarmes.

Las incursiones mortales atribuidas a los yihadistas se han multiplicado en las últimas semanas en Burkina Faso. «Al finalizar el lunes [por ayer] se han encontrado 43 cuerpos más, con lo que son ya 51 los soldados caídos», señaló en un comunicado recogido por el portal de noticias Burkina24.

El Ejército afirmó que «continúan las operaciones con una intensificación de las acciones aéreas que han permitido neutralizar a un centenar de terroristas y destruir su material. Esta cifra se suma a los sesenta terroristas neutralizados desde el inicio de la respuesta».

Espiral de violencia

Burkina Faso, gobernado por una junta militar desde el golpe de Estado de enero de 2022 contra el entonces presidente, Roch Marc Christian Kaboré, está atrapada desde 2015 en una espiral de violencia yihadista que apareció en Malí y Níger unos años antes y que se ha extendido más allá de sus fronteras.

La junta está ahora encabezada por Ibrahim Traoré, quien protagonizó en septiembre una asonada que fue considerada un «golpe palaciego» contra el hasta entonces líder, Paul-Henri Sandaogo Damiba.