La ilusión de que te toque el cromo del escudo de tu equipo; la ilusión de que te regalen zapatillas de tu equipo; la ilusión de marcar un gol con la camiseta de tu equipo; la ilusión de pisar el verde del estadio de tu equipo... No hay algo más grande que la ilusión para afrontar la vida, para cambiar el mundo.

Osasuna no llega a una final de Copa desde 2005, desde hace casi dos décadas. Y es por ello que el club rojillo se agarra a la ilusión para afrontar una semifinal copera de lo más emocionante. No le falta atractivo al partido que va a acoger El Sadar mañana a partir de las 21.00: derbi y semifinal ante un Athletic que tiene más experiencia en este tipo de partidos. Es el equipo más laureado en esta competición y además ha alcanzado cinco finales en este siglo.

Con la moral por las nubes después del triunfo cosechado en el Sánchez Pizjuán -no sin sufrimiento, pero sí con autoridad-, «grandes en ilusión» es el lema elegido por el club rojillo para ir calentando motores, como se puede ver en el vídeo que ha elaborado su equipo de comunicación y se publicó ayer en las redes sociales. Una ilusión que se aprecia en el rostro de un joven aficionado rojillo, al que cualquier cosa relacionado con Osasuna le saca una sonrisa, al contrario que a sus amigos, que ni se conforman con un Iphone.

23.000 SEGUIDORES EN EL FRÍO

No hay cosa que más ilusión genere a este joven aficionado, que se sumará mañana a los más de 23.000 seguidores rojillos que alentarán «con ilusión» a su equipo para dar el primer paso en su camino hacia la final de Copa. Las más de 23.000 almas se convertirán en el jugador número 12 de Osasuna porque los aficionados rojillos no van a El Sadar a ver un partido, van a jugar, van a ayudar a que su equipo gane. Porque «Osasuna nunca se rinde».

La grabación termina en El Sadar con el chaval alzando sus brazos sobre el césped. Los últimos segundos son para La Cartuja, estadio de la final el próximo sábado 6 de mayo.

Una victoria rojilla en semifinales puede generar un terremoto de gran magnitud en Iruñea y alrededores. Por ahora, ayer mismo, a dos días del primer match ball, Osasuna calentaba motores, tanteaba el terreno, buscaba emocionar a su gente para que llegado el día, El Sadar se convierta en un auténtico volcán en un día que se esperan temperaturas bajo cero e incluso nieve.

No serán ajenos a estos mensajes alentadores los propios jugadores de Osasuna, quienes ayer regresaron al trabajo en Tajonar sin apenas tiempo de celebraciones tras la victoria en el Ramón Sánchez Pizjuán.

La expedición rojilla aterrizó en Noain a las 13.00 procedente de Sevilla. Sin tiempo que perder, el equipo se montó en un autobús que le llevó hasta las instalaciones de Tajonar. Hoy, Jagoba Arrasate deberá ingeniárselas para realizar los últimos preparativos a puerta cerrada con los leones asomando por la esquina.

La plantilla se dividió en dos grupos para entrenar en función de la carga de minutos acumulada frente al Sevilla, partido en el que el técnico hizo alguna que otra rotación. Los titulares se recuperaron suavemente, mientras que el resto llevó a cabo una activación, técnica, posesiones y partido de fútbol.

El entrenador de Berriatua sigue sin poder contar con Rubén García. El viernes pasado comenzó a tocar balón junto a uno de los readaptadores, pero no entró en la lista para Sevilla al continuar tocado. Con un día y medio por delante, todo indica que su presencia en Copa es poco probable.

A Arrasate, por su parte, tampoco le faltará motivación para intentar llegar a su primera final. Hace escasamente una semana y media, cuando su equipo se enfrentó en Liga al Real Madrid en El Sadar, en su saludo con el técnico Carlo Ancelotti, el italiano le susurró algo que al vizcaino le pilló de sorpresa pero que seguro tendrá grabado en la mente a fuego. «Vamos a jugar la final de Copa», le dijo. A Osasuna le sobran motivos para estar motivado y ser «grandes en ilusión», como reza su lema.