Josu MONTERO
Crítico literario

Inapagable luz

Son entusiastas empeñados en traernos la luminosidad y el vitalismo de la tradición clásica de Grecia y Roma a un presente en el que el paroxismo electrónico, el descrédito de un lenguaje pervertido, el cinismo, el pesimismo o la violencia tecnificada van imponiendo la pérdida de dimensión humana. Frente a este reino de la cantidad y la prisa, proponen el último idioma cualitativo y lento, el de la poesía. Pero una poesía alimentada por la pulsión ascensional y solar de la tradición grecolatina, una poesía que es celebración mediante sus formas primigenias, una poesía en la que se funden y confunden lo humilde y cotidiano con lo sublime, una poesía que nos restituye la más profunda humanidad.

Por eso es aliada de eros -la fuerza primordial que tiende a unir a todos los seres de la naturaleza- y no de thanatos. En sus poemas el logos está preñado de eros y eso nos permite acceder a la realidad a través de la kélesis, del encantamiento. “Miracles are happening”, dice una camiseta de la que nos habla uno de estos poetas; sí, están sucediendo milagros. Aurora Luque (Almería, 1962) y Juan Antonio González Iglesias (Salamanca, 1964) son filólogos y poetas, bien distintos además.

Su manera de mirar y de comprender el mundo de hoy mismísimo tiene su honda y rica raíz en la antigüedad, por eso su poesía nos recuerda que lo que ya para siempre nos abraza no es la muerte sino el amor. Su inapagable luz. Estarán este jueves en Bilbo.