El comedor social París 365 ha servido un 43% más de menús desde que comenzó la pandemia, pero atiende a un 35% menos de personas debido a que la ayuda a los usuarios se prolonga durante largos periodos de tiempo. El nuevo presidente del patronato, Josean Villanueva, la vicepresidenta, Maribel Turias, y la coordinadora, Myriam Gómez-García, ofrecieron ayer esos datos en una comparecencia en Iruñea.

«Desde la pandemia, la pobreza es más severa y es todavía más difícil salir de ella, tanto para los usuarios del comedor como para las familias de la despensa», advirtieron. Como ejemplo, explicaron que en 2020 se prepararon 33.659 menús y en 2022 fueron 48.142, un 43% más, pero los usuarios atendidos en el comedor y la despensa bajaron de 1.200 a 776, un 35%.

El inicio de 2023 continúa con «esa deriva», con 65-70 personas diarias; ello se debe a la menor rotación de personas y, en consecuencia, aumentan las personas que se quedan fuera, unas 20-30 por semana.

«Hay menos rotación de personas usuarias, por lo que el acompañamiento de cada caso se prolonga durante largos periodos de tiempo» y, en consecuencia, «aumenta la lista de espera», indicaron.

«El coronavirus, la guerra o los flujos migratorios son crisis coyunturales que han convertido la pobreza en una situación estructural», explicó Turias, apuntando que «todos los factores no son externos», sino que «la ley de Extranjería, el problema de la vivienda, o la falta de acceso a recursos públicos son realidades sociales que se dan en Pamplona y cuyo cambio es cuestión de voluntad política».

Sobre el perfil del usuario del comedor, los representantes del París señalaron que se sirve a más migrantes en situación administrativa irregular, pero que no han desaparecido los no migrantes.