Mikel INSAUSTI
DONOSTIA
CRÍTICA: «L’INNOCENT»

Vuelve el buen cine para el gran público

La vida nunca deja de enseñarte en todas sus vertientes, y en la del cine tanto o más. Un joven cineasta como Louis Garrel me acaba de dar una soberana lección, porque había perdido la fe en el buen cine hecho para el gran público, y me la ha devuelto de golpe. “L’innocent” (2022) recupera la esencia de aquellas películas francófonas que, sin dejar de ser comerciales, estaban directamente influenciadas por la Nouvelle Vague, y resultaban igual de innovadoras. Pasaba otro tanto con el entonces llamado Nuevo Cine Americano, que era capaz de conciliar la autoría fílmica con la producción industrial, lejos del adocenamiento actual. Porque Garrel ha hecho una creación con estilo, pero entretenida a la vez. Y, sin caer en la pose culterana, desarrolla un lenguaje metagenérico que entremezcla de forma fluida la comedia romántica, el thriller de atracos y el cine dentro del cine. Hay enredo, hay robos, hay tiroteos, hay persecuciones motorizadas, pero además hay una reflexión sobre la impostura y los papeles que interpretamos a diario en la vida real para poder sobrevivir a las exigencias de un mundo cambiante.

“L’innocent” (2022) se inicia con una secuencia en la que vemos a un actor, que resulta ser un recluso, interpretando a un delincuente, y lo hace tan real que enamora a su profesora del curso de teatro carcelario. Pero, bien avanzado el metraje, la situación da la vuelta, y ahora es el recluso, quien ya en libertad, da clases de interpretación al hijo de la profesora, que no tiene ni idea de cómo comportarse dentro de un plan de atraco. Es una extrapolación del conflicto familiar al mundo delictivo en lo que pueda de tener de intuición artística que haría las delicias de Scorsese o de Tarantino.

El dominio del oficio que exhibe Louis Garrel a su edad no es lo habitual, pero con este su cuarto largometraje, ya como actor o ya como director, se comporta con la naturalidad de alguien que ha nacido y crecido en una familia de cineastas.