EDITORIALA

La sequía desnuda la quimera del productivismo

La sequía es patente en la vertiente mediterránea de Euskal Herria. Las precipitaciones han descendido alrededor de un 40% y los efectos de la falta de agua son manifiestos en la vegetación, y por extensión en la agricultura y la ganadería. En Nafarroa, a la sequía general hay que sumar el bajo nivel de reservas de agua debido, en gran parte, a las grandes extensiones de regadío existentes. Además, la imposibilidad de asegurar un régimen mínimo de riego para este año está condicionando la siembra de algunos cultivos. La producción agrícola y ganadera sin duda se resentirá por la falta de agua, y una menor cosecha impulsará a los precios de los alimentos a continuar subiendo.

El cambio climático se ha convertido en una realidad ineludible que ya no se niega pero sobre la que se evitan los debates políticos en profundidad. La principal razón es que está obligando a olvidar muchas de las promesas que conformaban el núcleo duro de la gran mayoría de los programas políticos, tributarios de la idea de que se puede crecer sin límites. Plantear la construcción de grandes infraestructuras, prometer un aumento de la superficie de regadío, garantizar precios políticos al agua, promover el monocultivo... son promesas para seguir creciendo que el calentamiento global y la falta de agua están revelando como quiméricas. Y de nada sirve ya fiarlo todo a algún avance tecnológico que revolucione la agricultura y la ganadería; sin agua no hay futuro. La actual ausencia de precipitaciones y la certeza de que se mantendrá en el tiempo se está encargando de poner en entredicho ese enfoque productivista que ha sido dominante en la mayoría de las políticas públicas.

Se hace cada vez más necesario un cambio político que abandone esa visión basada en el crecimiento sin fin y empiece a pensar en otros modelos de gestión que partan de la consideración de que los recursos son limitados y que su flujo y uso no se pueden aumentar a voluntad. Una transformación política imprescindible que choca con múltiples obstáculos a causa del miedo al cambio, de las inercias y de los intereses creados, pero que no tiene alternativa.