EDITORIALA

En salud laboral queda mucho camino por recorrer

Hace veinte años la Organización Internacional del Trabajo (OIT) empezó a celebrar el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo. Puede resultar sorprendente lo reciente que ha sido la instauración de esta jornada reivindicativa, sin embargo, es un reflejo inequívoco del escaso interés que históricamente ha existido por las cuestiones relacionadas con la seguridad y la salud en el trabajo. De hecho, no fue hasta junio de 2022 cuando la Conferencia Internacional del Trabajo decidió incluir «un entorno de trabajo seguro y saludable» entre los principios y derechos fundamentales de la OIT.

En este contexto, no es extraño que las movilizaciones sindicales celebradas ayer en recuerdo de los trabajadores que han perdido la vida en accidentes de trabajo o como consecuencia de enfermedades profesionales tuvieran dos mensajes muy claros. Por un lado, subrayaron la enorme importancia que tiene tomarse en serio la prevención para evitar accidentes laborales y enfermedades profesionales. En ese sentido, los sindicatos coinciden en que es necesario terminar con la impunidad de la patronal, que no hace sino afianzar la visión ampliamente extendida entre sus miembros de que la salud del personal es una cuestión menor. Y para ello es imprescindible que la Administración se implique dedicando más medios a la inspección de los centros de trabajo. Solamente elevando el grado de exigencia se lograrán cambios de calado en la protección de la salud de los trabajadores.

Por otro lado, la mayoría de ellos recordaron que aunque fue aprobado el fondo de compensación a las víctimas del amianto, el Gobierno de Pedro Sánchez todavía no ha formalizado su desarrollo reglamentario, con lo que carece de efectos prácticos. Una situación que obliga a las familias de las personas fallecidas a consecuencia de su exposición al amianto a continuar con los litigios para lograr lo que en justicia les corresponde. Una muestra más de que Ejecutivos y Administraciones públicas siguen sin tener entre sus prioridades la seguridad y la salud en el trabajo. Pese a lo avanzado en los últimos años, aún queda mucho camino por recorrer.