Natxo MATXIN
DERBI EN EL SADAR

La Real se asienta en Champions ante un Osasuna que salió dormido

Tres importantes puntos los que cosechó la Real en El Sadar -el estadio iruindarra se ha convertido en un talismán para los txuri urdines- de cara a asentarse en puestos Champions ante un Osasuna que quiso y no pudo, a una semana de que dispute la final copera en La Cartuja.

Kike Barja intenta un centro que trata de taponar Aihen.
Kike Barja intenta un centro que trata de taponar Aihen. (Idoia ZABALETA | FOKU)

Por quinta temporada consecutiva, un Sadar expectante ante el partido de La Cartuja volvió a ser terreno propicio para la Real, que abre todavía más brecha en su pelea por hacerse con un puesto de Champions. Osasuna, a diferencia de lo que ocurrió frente al Betis, saltó dormido al césped, lo pagó caro y luego no estuvo tan acertado ni a la hora de hilvanar ni de cara a puerta.

Para compensar lo inadecuado del horario del derbi, El Sadar vibró de lo lindo en los prolegómenos del choque con el homenaje que se le tributó a la plantilla que, hace 18 años, jugó la primera final copera de la historia osasunista. Juan Iribarren, Richard Sanzol, Juantxo Elia, Rafa Clavero, Juanma Ortiz, Quique Corrales, Unai Expósito, Gonzalo Eraso, Iván Rosado, Josetxo Romero, Miguel Flaño, Carlos Cuéllar, David López, Valdo, Moha, Ludovic Delporte, Webó, César Krutxaga, Patxi Puñal, Pablo García y Savo Milosevic conformaron un equipo de gala que recibió el cariño del graderío al recordar viejos tiempos.

Ese chute de osasunismo sin embargo no pareció motivar en exceso a los anfitriones que saltaron al verde un tanto dormidos, mientras la Real se puso en modo apisonadora hasta que consiguió colocarse por delante en el marcador. Avisó Merino con un empalme arriba (m.4), pero fue finalmente dos minutos después cuando Herrera, en su intento de despeje, introdujo el esférico en las redes después de un centro raso de Barrenetxea tras colada por la izquierda. La jugada partió de un envío fallido con el pie del cancerbero burgalés.

Intentó Osasuna reaccionar con un tímido cabezazo de Kike García (m.9) que apenas le complicó la vida a Remiro. Siguiendo la tradición reciente y ya con ventaja en el electrónico, la escuadra txuri urdin se encontró muy cómoda sobre el verde de El Sadar, aplicando un fútbol control que adormeció durante un buen rato a las huestes de Arrasate. De nuevo tuvo que ser Kike García quien protagonizase el mejor acercamiento local (m.23), con un zurdazo que no encontró portería tras una mala salida del portero de Cascante.

MERINO, MUY ACTIVO

Osasuna quería, pero le costaba lo suyo llegar al área guipuzcoana. La Real aguardaba paciente a la espera de darle la puntilla al encuentro. Lo pudo hacer Merino -llegó mucho el iruindarra- en el 31 y 36, pero ambos intentos no cuajaron, pues el primero no encontró portería y el segundo, aunque con intención, le salió suave y raso, fácil para Herrera.

Insistente en su empeño, Kike García lo probó por tercera vez y en esta ocasión estuvo más cerca (m.37), pero su empalme se marchó por encima del larguero, en la mejor oportunidad rojilla de la primera parte. La Real puso la réplica con una muy buena contra que culminó Cho con un chut a colocar que sacó la manopla del meta local.

El primer periodo acabó con la grada pidiendo penalti por contacto primero sobre Iker Muñoz y después Aridane, aunque no dio la sensación de ser suficiente. El VAR confirmó tal tesis y los jugadores enfilaron vestuarios entre las protestas del respetable.

Restablecidas las fuerzas, el bloque rojillo saltó con otro aire tras el receso, al menos en lo anímico y a la hora de llevar la iniciativa. Barja tomó la batuta en ataque con sus incursiones, pero escaso acierto final. Sí, Osasuna dominaba, pero fue la Real la que pudo sentenciar de no haber mediado un par de intervenciones de mérito de Herrera, que se redimió de su error en el 0-1.

La tuvo primero Oyarzabal en una contra de libro, pero su disparo se encontró el milagroso brazo del meta local (m.67), quien tuvo que volver a emplearse a fondo en el 71 ante otro chut franco de Sorloth. Ambos técnicos movieron banquillo para insuflar oxígeno de cara al tramo final. Los cambios de Imanol resultaron más efectivos.

KUBO FINIQUITA

Osasuna se lanzó definitivamente a intentar rescatar un punto y eso le permitió al conjunto txuri urdin encontrar todavía más espacios para finiquitar la contienda. Kubo ajustó su punto de mira en el 82 con un lanzamiento buscando el palo largo que se marchó fuera no por demasiado.

Otro de los reemplazos, en este caso de los navarros, Chimy Ávila, lo buscó apenas un minuto más tarde con un potente zurdazo que se topó con el bloqueo de la defensa txuri urdin. De alguna manera, el envite tenía que romper por algún sitio con tanta acometida en uno y otro lado. Cayó del lado de la Real porque generó lances mucho más claros y dispuso también de más acierto. Kubo lo refrendó en el último minuto para confirmar el idilio txuri urdin con El Sadar que, pese a la derrota, se lo tomó como si de una victoria se tratase, a una semana del masivo desplazamiento rojillo a Sevilla.

La victoria de la Real mete presión a sus rivales y le asienta todavía más en los puestos Champions, mientras que Osasuna aún tendrá que visitar el Camp Nou el martes antes de disputar la final copera el sábado en La Cartuja.