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JARTUM

Amplían en Sudán la tregua que nadie cumple y auguran una crisis alimentaria

Las paramilitares RSF y el Ejército regular de Sudán anunciaron ayer la prórroga del alto el fuego, propuesto por EEUU y Arabia Saudí, para facilitar la apertura de corredores humanitarios mientras se alerta de que esta guerra podría ser el inicio de una crisis alimentaria en la región y del estallido de violencia armada en los países limítrofes.

Un remolcador transporta a un grupo de evacuados a un barco saudí.
Un remolcador transporta a un grupo de evacuados a un barco saudí. (Fayez NURELDINE | AFP)

El poderoso grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de Sudán anunció ayer una nueva extensión de 72 horas de la tregua que expiraba esta pasada medianoche, «en respuesta a los llamamientos internacionales, regionales y locales», con el fin de facilitar la apertura de corredores humanitarios y la evacuación de civiles a áreas seguras ante los combates, que duran ya tres semanas. Horas después, el Ejército regular lo aceptó también. Ambas partes se adhirieron así al acuerdo, propuesto por Estados Unidos y Arabia Saudí, y tras las presiones de Naciones Unidas. Es la tercera prórroga de 72 horas desde que se anunció la primera, el pasado día 24.

Las treguas, incumplidas por ambas partes, no han servido para detener los combates, pero sí para rebajar su intensidad en las áreas con más concentración de civiles, lo que ha facilitado relativamente la evacuación de extranjeros y el desplazamiento de decenas de miles de sudaneses.

Los combates en Sudán estallaron el día 15, en medio de tensiones sobre el proceso de reforma del Ejército y la integración de las RSF en las fuerzas regulares, en el marco de un proceso político para volver a encauzar al país tras el golpe de Estado de 2021.

RIESGO PARA LOS PAÍSES FRONTERIZOS

La violencia, que ha causado al menos 528 muertos y más de 4.500 heridos, según Jartum, ha supuesto que la mayoría de hospitales en las zonas de choques queden fuera de servicio, una acuciante escasez de productos básicos y el desplazamiento de decenas de miles de personas.

Según la ONU, más de 50.000 sudaneses han buscado refugio en los siete países vecinos, que, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), se exponen a un aumento de la violencia de grupos armados en medio del caos desatado en Sudán. Y advierte de que esta guerra podría desencadenar una crisis alimentaria general en toda la región del este de África.

El director del PMA en Alemania, Martin Frick, recordó a la DPA que «una tercera parte de los 45 millones de personas que conforman población del país se estaba muriendo de hambre antes del estallido de los combates y ahora hay escasez de todo y los precios se están disparando».

Esta situación se ha contagiado a Sudán del Sur y Chad, que han acogido a decenas de miles refugiados sudaneses en los últimos días a pesar de sus propias crisis alimentarias. En Sudán del Sur, alertó Frick, los precios se han disparado un 28% por el clima extremo que afecta al Cuerno de África.

La violencia, señaló Frick, ha provocado que el PMA haya tenido que suspender temporalmente sus operaciones de ayuda de emergencia a más de siete millones de habitantes de Sudán, cuyo resquebrajamiento podría suponer el principio de una nueva era de inestabilidad en los siete países que lo rodean: Egipto, Libia, Chad, Sudán del Sur, Etiopía, Eritrea y República Centroafricana.

«FACTOR DE ATRACCIÓN»

«Es una región donde hay mucho oro y diamantes», explicó a Bloomberg el ex primer ministro de la República Centroafricana, Anicet-Georges Dologuele. «Los grupos armados financian sus operaciones a través de estos recursos y me temo que esto podría ser un factor de atracción», añadió sobre la posibilidad de que Sudán pueda convertirse a medio plazo en el epicentro de una ola de nuevos conflictos.

Chad, un aliado occidental clave contra el «terrorismo» y contra la creciente influencia rusa en la región, ha rechazado en los últimos años dos serios intentos de golpe de Estado originados justo al otro lado de la frontera, en la región sudanesa de Darfur, donde ya se han producido intensas luchas étnicas que han dejado decenas de muertos durante la última semana entre tribus árabes y masalit.

Muchos de los grupos rivales de Darfur «también pueden tener conexiones en las fronteras de Chad y la República Centroafricana», añadió a Bloomberg Sarra Majdoub, analista independiente de conflictos. Y cita que el primo de líder de las RSF, Mohamed Hamdan Dagalo, “Hemedti”, es el asesor principal del actual presidente de transición de Chad, Mahamat Déby Itno.

Entre los grupos armados que operan en la región se encuentra el grupo de mercenarios ruso Wagner, con presencia Sudán, Libia y República Centroafricana, donde está involucrado en el comercio de diamantes y oro. Y, según la UE, también tiene vínculos con una instalación de procesamiento de oro en las afueras de Atbara en Sudán.

Los combatientes extranjeros han ayudado al Gobierno de República Centroafricana a asegurar su región norte, tan rica en oro como plagada de grupos armados, y Moscú podría ver reforzada su posición en este conflicto.

«La situación es muy preocupante», remacha Dologuele.