GARA
PARÍS

Un año de prisión domiciliaria con brazalete electrónico para Sarkozy

Sanción sin precedentes contra un expresidente francés: Sarkozy ha sido condenado a tres años de prisión, uno en firme en su domicilio con brazalete electrónico, por corrupción y tráfico de influencias. El derechista escuchó el fallo con la mandíbula prieta y en silencio.

El expresidente francés, cariacontecido y sin palabras.
El expresidente francés, cariacontecido y sin palabras. (B. GUAY | AFP)

Una semana después de que la Fiscalía pidiera su procesamiento por la financiación ilegal de la campaña presidencial de 2007, el expresidente francés Nicolas Sarkozy recibió ayer un nuevo mazazo judicial con la confirmación de la condena a un año de prisión en firme por corrupción, un caso que se remonta a 2014.

El Tribunal de Apelación de París ratificó la pena en primera instancia: tres años de cárcel, dos de ellos exentos de cumplimiento, por haber tratado de beneficiarse de su condición de exjefe del Estado para obtener beneficios judicia- les en otra causa en su contra.

Convertido en marzo de 2021 en el primer mandatario galo en ser condenado a entrar en prisión por este caso, acumula otra condena de un año, pronunciada en noviembre de 2021 por la financiación ilegal de su campaña de 2012.

Sarkozy, de 68 años, vestido con un traje gris y con corbata negra, escuchó serio la sentencia en el Palacio de Justicia de París, que abandonó sin hacer declaraciones, poco después de haber reunido en un corrillo a sus abogados.

El fallo va más allá de lo que había solicitado el pasado diciembre la Fiscalía, que pidió durante la audiencia tres años de cárcel, pero exentos de cumplimiento.

Eso sí, establece que el expresidente podrá cumplir la pena en arresto domiciliario y con un brazalete electrónico, y no entre rejas.

Los jueces consideran que su condición durante cinco años de presidente, garante último de la Justicia en el Estado francés, agrava la corrupción y el tráfico de influencias que dan por demostrados con las escuchas telefónicas que sustentaban la acusación. De esas escuchas, obtenidas por la intervención de su teléfono en otra investigación, se desprendía que Sarkozy y su abogado maniobraron para obtener beneficios procesales con el alto magistrado Gilbert Azibert.

La defensa de Sarkozy recurrirá en casación al Supremo.

HORIZONTE SOMBRÍO

La máxima instancia judicial del país, que en cinco ocasiones ha rechazado ya los argumentos de la defensa de Sarkozy, se pronunciará en un año.

Este frente se suma a otros abiertos contra quien ocupó el Elíseo entre 2007 y 2012. Elmás inmediato lo afrontará en noviembre, cuando el Tribunal de Apelación de París juzgue de nuevo el caso que le supuso en primera instancia la condena por la financiación de la campaña que le sacó de la Presidencia en 2012. También entonces los jueces consideraron la falta de ejemplaridad como agravante.

Más tarde podrá venir un nuevo juicio, esta vez por la financiación con dinero del régimen libio de Muammar Gadafi durante la campaña que le llevó al poder en 2007, si los jueces admiten la petición de la Fiscalía Nacional Financiera.

Un horizonte sombrío para Sarkozy, alejado desde 2016 de la primera línea política, pero muy influyente sobre su familia política e incluso sobre el actual inquilino del Elíseo, Emmanuel Macron, con quien mantiene encuentros regulares y del que aspiraba a ser su primer ministro.