Natxo MATXIN
OSASUNA

La Conference pone la guinda a la mejor temporada en la historia del club rojillo

Un doblete de Budimir al inicio de la segunda parte permitió doblegar al Girona, rival directo en la lucha por la séptima plaza. Será la quinta participación de la escuadra navarra en un torneo europeo, que supone el broche de oro a una campaña espectacular.

Budimir celebra con un extasiado graderío uno de sus goles que dieron el pase europeo.
Budimir celebra con un extasiado graderío uno de sus goles que dieron el pase europeo. (J.M. | FOKU)

No podía terminar de otra manera la que, por cifras, es la mejor temporada del más de un siglo de historia de Osasuna. La escuadra navarra venció al Girona y se clasificó para la Conference League -podría ser la Europa League si hay sanción al Barcelona-, después de disputar hace un mes la final copera y pendiente de jugar el próximo enero la Supercopa.

El triunfo sobre el cuadro catalán puso el broche de oro a una campaña de ensueño, en la que el conjunto rojillo ha rendido a las mil maravillas, pese a haber importantes cambios en el once con las incorporaciones realizadas. El gran artífice de esa brillante transición no ha sido otro que Jagoba Arrasate, secundado por Bittor Alkiza y el resto de su cuerpo técnico, en la quinta temporada de un staff que ha confirmado que la estabilidad es la mejor receta.

Y precisamente esa seguridad en lo que se ha hecho a lo largo del año es lo que permitió a Osasuna superar el escollo de un Girona que fue un digno y rocoso rival, siempre fiel a su estilo, pugnando también por entrar en Europa. De ello intentaron sacar tajada los anfitriones desde el primer minuto, apretando arriba y buscando el error catalán con el que horadar la portería de Gazzaniga.

Espoleados además por un graderío entregado -22.128 gargantas-, los locales buscaron en cuanto pudieron a los dos puñales -Barja y Abde-, con especial presencia del segundo, en ocasiones excesivamente ansioso por despedirse de El Sadar con un gol, pero siempre inquietando a la zaga gerundense. Del internacional marroquí partió la primera oportunidad local en lo que luego sería un carrusel de ocasiones por uno y otro lado durante el primer tiempo.

Las más claras para los anfitriones llegaron a base de forzar errores del oponente, como la que Budimir intentó meter por la escuadra -luego ya afinaría su punto de mira- en el minuto 20 cuando Aimar apretó a Gazzaniga y el meta intentó regatearle sin acierto. O las posteriores intentonas del citado Abde, una última con chut pegado al poste en el descuento del primer periodo.

Un tiempo extra que también pudo suponer un mazazo, pues a renglón seguido, el Girona gozó de dos claros lances consecutivos para colocar un 0-1 que bien pudo cambiar el devenir del choque. Pero ahí apareció primero la manopla de un sobresaliente Aitor Fernández para impedir que el remate de Tsygankov besase las mallas y en el saque de esquina Bernardo no pudo embocar con la cabeza entre los tres palos por muy poco.

DOS PICOTAZOS

El inicio de la segunda parte fue el momento clave para lograr la clasificación europea. Así, y como ha venido ocurriendo en pretéritos encuentros, Osasuna salió más decidido a por el triunfo y, una vez más y por partida doble, Abde probó a Gazzaniga. Fue la antesala del éxtasis. Un balón largo de Torró que intentó cortar de manera acrobática y sin éxito Miguel permitió a Barja cabalgar el carril derecho y servir raso un balón que Budimir empujó a las redes.

Medio objetivo estaba conseguido, faltaba rematar. El Girona quedó grogui con el 1-0, los rojillos lo detectaron e hicieron sangre de inmediato. Aimar recuperó el esférico, con un toquecito brindó a Moncayola la oportunidad de volver a correr la banda y su centro aéreo lo cabeceó con toda su alma el ariete croata par poner el 2-0. Todavía hubo que sufrir, sobre todo cuando Reinier recortó diferencias, pero Europa ya estaba en el zurrón.