Carlos GIL ZAMORA
Analista cultural

Ojiplático

Hace ya unos cuantos años que sobre estas fechas los grandes teatros presentan las programaciones de la temporada siguiente. Lo que significa que existe una planificación, que se contrata a un año vista, que se va ordenando una parte de la producción y la exhibición, lo que redunda en una cierta seguridad para los artistas, que los núcleos de producción saben al menos una parte de sus planes económicos de unos meses y que quedan, además, abiertas todas las posibilidades para conseguir nuevas contrataciones, giras, actuaciones y todo eso que algunos venimos reclamando se ordene de una manera definitiva, que se entienda que existen muchas otras maneras de organizar todo el sistema general de creación, exhibición y distribución.

Entiendo que la inmensa mayoría, por comodidad, ignorancia o intereses, no piensan estudiar lo que podría ser tener estructuras sólidas, potentes, que pudieran afrontar propuestas escénicas más ambiciosas, con mayores presupuestos y continuidad que estabilizaran las compañías con equipos artísticos. Pongamos que hablo de orquestas y me entenderán. Y de bandas municipales y me comprenderán. No es algo que se pueda realizar en una legislatura ni en dos, pero cuanto antes se empiece a ver todo de manera global, no pensando solamente en la tienda de cada uno, sino en lo bien que iría al conjunto de las Artes Escénicas y su relación con la ciudadanía.