Pello GUERRA
JUICIO AL AUTOR DE «FIESTA»

Hemingway, «no culpable» de LOS MALES DE los sanfermines

En un juicio «insconstitucional», pero con todas las de la ley y humor, Ernest Hemingway fue declarado ayer «no culpable» de haber desnaturalizado los sanfermines en un proceso celebrado en la Peña Anaitasuna, organizadora del evento junto a la Asociación Navarra de Escritores, en el centenario de la primera visita del escritor a Iruñea.

Toma de declaración a una de las testigas
Toma de declaración a una de las testigas (Iñigo URIZ | FOKU)

«No culpable» de desnaturalizar los sanfermines. Así se declaró ayer al escritor Ernest Hemingway en el proceso seguido en la Peña Anaitasuna, organizadora, junto con la Asociación Navarra de Escritores, del juicio sobre su influencia en las fiestas de Iruñea.

Con este particular juicio se recordaba que hace exactamente cien años Hemingway se adentró por primera vez en los sanfermines. Sus visitas continuarían en los años siguientes y terminarían cuajando en la novela “Fiesta”, de la que en el año 2016 todavía se seguían vendiendo alrededor de 300.000 ejemplares en todo el mundo. Su influencia en la fiestas de Iruñea siempre ha resultado polémica entre la población de Iruñea.

Con frecuencia, se le acusa, por una parte, de ofrecer un retrato falso y tosco de las fiestas de San Fermín en su obra y de haber atraído a una turba de guiris ajenos a las tradiciones iruindarras, que ha contribuido a la masificación y la desnaturalización de los sanfermines. Pero por otra parte se argumenta que Hemingway se integró en los sanfermines y los disfrutó como uno más, que contribuyó a dar a conocer Iruñea y a propagar sus fiestas por todo el mundo, convirtiéndolas en un acontecimiento internacional con un claro beneficio para la ciudad.

Dirimir de una vez por todas cuál de estas visiones puede ser considerada como la más acertada era el propósito de la iniciativa puesta en marcha por la Peña Anaitasuna y la Asociación Navarra de Escritores.

Y la forma de hacerlo fue a través de un juicio «inconstitucional», ya que el acusado está muerto y resultaba evidente que no se podía defender de las acusaciones, pero que se revistió con todos los elementos propios de un proceso real y que se celebró en un denominado “Jurado de delitos sanfermineros”.

El particular proceso estuvo presidido por Mari Paz Benito, juez del Juzgado Instrucción número 3, de Iruñea, con la Fiscalía representada por Javier Enériz, exdefensor del pueblo de Nafarroa y vocal del Tribunal Administrativo de Nafarroa, y la defensa del autor de la novela “Fiesta” a cargo de Pilar Gastón, abogada penalista.

Los tres, vestidos con la correspondiente toga, iniciaron el proceso con el sorteo para designar a los integrantes del jurado popular entre el público asistente. Una vez conformado, comenzó el alegato inicial del fiscal, quien acusó a Hemingway de haber convertido las fiestas de Iruñea en «un espectáculo masificado que obliga a miles de pamploneses a abandonar la ciudad esos días». Le atribuyó también de haber presentado los sanfermines como una mezcla de «sexo y alcohol», visión que ha «influido negativamente en la esencia y desarrollo de las fiestas».

Añadió que con su obra «desnaturalizó los sanfermines», convirtiendo la ciudad por su influencia negativa en «un gran orinal».

Por su parte, la abogada defensora señaló que a Hemingway «no se le pueden atribuir los males que sufre Pamplona durante los sanfermines». Y añadió que no se puede culpabilizar de lo que ocurre en la ciudad durante las fiestas «a una sola persona. Si hay culpables, son muchos».

DECLARACIONES DE TESTIGOS

Durante la vista, se llamó a declarar a un nutrido grupo de testigos. El primero de ellos fue el periodista Javier Solano, quien reconoció que Hemingway «hizo lo mismo que hacemos nosotros. No hizo nada distinto».

A continuación, la escritora Idoia Saralegui indicó que la influencia del escritor «no es positiva, porque la fiesta fue menos común» a raíz de la publicación de “Fiesta”. Aunque reconoció que mucha gente no ha llegado a leer esa obra, añadió que «fue una increíble campaña de marketing» y que el escritor «intentó vivir los sanfermines como una fiesta orgiástica».

Stephanie Mutsaerts, encargada de una agencia de viajes, reconoció que el autor no fue un buen ejemplo desde el punto de las mujeres por su actitud hacia ellas, ya que era especialmente machista, pero destacó que la gente que viene a Nafarroa siguiendo su estela, también recala en otros lugares de Nafarroa, como la selva de Irati o Aurizberri.

El escritor Miguel Izu restó importancia a la influencia de Hemingway en el aluvión de visitantes que llega a registrar Iruñea durante las fiestas al afirmar que «es exagerado decir que todos los turistas vienen por Hemingway».

Izu añadió que quien llegue a desplazarse a Iruñea por la imagen y prestigio del autor estadounidense «es gente con buen nivel cultural económico, crea pocos problemas y deja mucho dinero». Y consideró que, a la hora de dar a conocer los sanfermines, contribuyeron más otros viajeros que recalaron en la capital navarra en épocas anteriores o el propio Pablo Sarasate con su fama como violinista. Concluyó señalando que «influyó menos de lo que se dice».

El también escritor Tim Pinks reconoció que la influencia de Hemingway en las fiestas es importante, pero que se trata de «buena» influencia y que seguramente son diferentes por su causa, «pero no para mal». Indicó que él se acercó a los sanfermines por el ascendiente de otro escritor que admiraba a Hemingway, pero que lo que descubrió en Iruñea le encantó.

Por su parte, el escritor Fernando Hualde destacó que el escritor «se integró en la fiesta» y que su influjo radica en que «la ha popularizado y ha venido mucha gente, porque transmitió un estilo de vida atípico, como correr delante de un toro», y que lo hizo «con valores positivos y negativos»

Finalmente, el periodista Manu Corera señaló que, con su obra, el autor estadounidense «aportó ilusión» en el periodo de entreguerras y que «transmite que en estas fiestas puedes ser testigo y protagonista de la fiesta. Pudo vivirla como uno más». Aseguró que el laureado autor «es responsable de que vengan muchas personas, pero no de cómo se comportan».

DOS VISIONES DIFERENTES

Tras las aportaciones de los testigos, en su alegato final, el fiscal Enériz describió al escritor estadounidense como «un señor alcohólico, machista, vividor, violento» para el que las fiestas son «los encierros, las corridas, pegarse y beber. Estas son las fiestas que promueve en la novela».

Concluyó que «cambió radicalmente los sanfermines y su composición social» al generar los problemas de masificación. Lo calificó del «apóstol de la barbarie alcohólica» y le acusó de cambiar la historia de los sanfermines, por lo que pidió que «se retire todo vestigio suyo de las calles de Pamplona», aunque, entre risas, abogó por conservar su estatua del café Iruñea, ya que le gusta.

Por su parte, la defensora Pilar Gastón manifestó que el error de Ernest Hemingway fue «escribir una novela, que puede gustar más o menos» y que «no es responsable de lo que su obra genera en mentes tocadas por la idioticia».

Una vez concluidas las intervenciones de las partes, el jurado popular se retiró para dar respuesta a una cuestionario con una serie de preguntas sobre la influencia de Hemingway en los sanfermines. La jueza les dio siete minutos para que lo respondieran e hicieran público su veredicto respecto al objeto del juicio, la culpabilidad o no de Ernest Hemingway.

Tras cumplirse el plazo estipulado, un portavoz anunció el resultado de las correspondientes votaciones, que supuso declarar «no culpable» al escritor de desnaturalizar las fiestas. Una fuerte ovación y las risas que habían presidido todo el proceso rubricaron este particular juicio al autor de “Fiesta”.