Iratxe FRESNEDA
Docente e investigadora audiovisual

Querido Indy

Ya se sabe que segundas, terceras, cuartas o quintas partes no suelen ser demasiado buenas, pero las excepciones existen. Podríamos comenzar a responder como en el clásico programa de televisión ‘un dos tres’ y empezamos con “El padrino II” o “El imperio contraataca”. Entre los estrenos del verano figura ya en la parrilla de salida “Indiana Jones y el Dial del Destino”(¡la quinta!) y, pilotando el estreno, Harrison Ford. El de Chicago, que ya es una leyenda para las personas que amamos el cine, ha cumplido los ochenta y este hecho (ser octogenario) parece que se ha convertido en un crimen. Tenemos todo tipo de fobias definidas estos días y, entre ellas, hay una que se extiende como una plaga; la gerontofobia. Es decir, la edad es como la peste, se equipara a la incapacidad y a todo tipo de cuestiones negativas. Es motivo de chistes fáciles, de ridiculizaciones y discriminaciones en cualquier ámbito de la sociedad. Pero les contaré un secreto a voces: la juventud no es eterna. Quizá, harto de tanta tontería, durante la ejecución de su último papel, Ford ha dejado claro que es un anciano orgulloso de serlo. Cuando el actor, mientras estaba a lomos del caballo, sintió las manos de tres especialistas y se negó a recibir su ayuda. Les dijo: «¡Déjenme en paz, soy un anciano que baja de un caballo y quiero que lo parezca!». Ser y parecer mayores se ha convertido en una necesidad imperante y a reivindicar. Genio y figura, querido Indy.