Dice el reciclado presidente del PP vasco que su voto a Eider Mendoza, del PNV, para que gobierne en Gipuzkoa y no lo haga Maddalen Iriarte, de EH Bildu, será un gesto patriótico. Viniendo estas palabras de boca de Iturgaiz es innecesario aclarar que a la patria a que se refiere es la patria española, la suya. Dicho de otra manera: a la patria española, lo que le conviene es que las instituciones vascas sean gobernadas por el PNV, y no por EH Bildu, aunque para eso haga falta alcanzar pactos antinatura, y en muchos casos desfigurar el resultado de las urnas. Más claro, agua.

De gesto patriótico, pero de otro estilo, puede calificarse la pretensión de Verter, empresa explotadora del vertedero de Zaldibar, de saldar su ingente deuda con el Gobierno Vasco mediante la dación en pago de los terrenos del vertedero. Claro que para saldar una deuda lo que hay que dar es un activo, un bien que tenga algún valor y resulta que tras los estudios geológicos realizados, la seguridad de los terrenos es aún peor que cuando se produjo el enorme alud de basura acumulada ilegalmente, y que acabó con la vida de dos trabajadores. El colmo de este impresentable asunto es que ahora hay, además de los de antes, riesgo de gases nocivos, incendio y otras calamidades más, y no solo eso, sino que el incremento de la inseguridad se ha producido a consecuencia de los trabajos llevados a cabo por orden de Lakua para rescatar los cuerpos sepultados, operación parcialmente fracasada que ha dejado en aquellos terrenos un auténtico polvorín.

Mientras escribo estas líneas recibo el mazazo de la muerte de Salu, entrañable cliente y amigo. Siempre bromeábamos porque ambos éramos de una gran añada: la quinta del 50, y siempre nos unió una excelente química. Era tan agradecido que alababa mi trabajo en su defensa, incluso cuando la Audiencia Nacional le condenó a 12 años por una entrevista a la dirección de ETA, pena igual a la del homicidio. Agur eta ohore Salu, lagun maitea!