Mikel INSAUSTI
KEPLER SEXTO B

Cosmonautas en tiempos de crisis

De la misma manera que a partir de las películas de Paco Plaza ha surgido un cine de terror asociado a la realidad costumbrista, se puede hacer ese tipo de fusión con otros géneros, y así ‘‘Kepler Sexto B’’ (2023) combina ese costumbrismo con la ciencia-ficción.

La ópera prima del cortometrajista Alejandro Suárez Lozano, presentada en el festival de Málaga fuera de concurso, recorre un camino contrario a lo que fue la literatura de anticipación, en la que los viajes espaciales formaban parte del futuro, ya que aquí más bien remiten a un pasado de bonanza económica, cuando las grandes potencias estaban metidas de lleno en la carrera astronáutica.

Con la crisis económica la perspectiva ha cambiado y a día de hoy la aventura espacial parece ya cosa de empresas privadas y de millonarios excéntricos. De tal suerte que el protagonista es un quimérico cosmonauta, un Jonás que en lugar de vivir en el interior de la ballena lo hace dentro de una vivienda obrera reconvertida en nave espacial.

Para la sociedad Jonás es un viejo loco, al que sus vecinos demandan como se hace con quien padece Síndrome de Diógenes, al mismo tiempo que los bancos amenazan con el desahucio. La metáfora del aislamiento en la infinita soledad del universo exterior alude a la desconexión y la pérdida real de contacto humano, únicamente paliada por la amistad con una niña vecina.

De este modo, la vejez y la niñez confluyen a través de la capacidad para soñar compartida y, en lugar de tratarse de un Caballero quijotesco y su escudero, la aventura une a un ermitaño solitario de las galaxias imaginarias con una pequeña a la que la vida no trata bien, por sufrir los abusos de su tutor.

Karra Elejalde y la actriz infantil Daniela Pezzotti forman una pareja estelar entrañable, con Jorge Bosch asumiendo toda la villanía.