AMAIA EREÑAGA
BILBO

John Berger y la solidaridad entre oprimidos, incluidos los animales

Novelista, ensayista, crítico, poeta, guionista y reconocido divulgador cultural, John Berger (Hackney, Londres, 1926-París, 2017) es uno de esos pensadores que rompen con cualquier clasificación. Autor de textos fundamentales en todos los campos a los que se dedicó, que son muchos, su legado regresa con una exposición en Barcelona y la reedición de un libro con un mensaje ambientalista que conecta con una corriente muy actual.

John Berger, un intelectual de primer orden.
John Berger, un intelectual de primer orden. (Gorka LEJARCEGUI)

“Permanent Red” (1960) se titulaba el libro en el que el británico John Berger reunió una selección de sus críticas de arte para la revista marxista “New Statesman”, con la que colaboraría durante más de una década. En sus páginas hay un órdago a la historiografía oficial, porque su lectura plantea una visión del mundo desde la disidencia: un ataque directo al adoctrinamiento capitalista, un rechazo total a las segregaciones motivadas por la clase social y el dinero, y una crítica feroz al mercantilismo en la cultura. “Permanent Red” es también como han llamado a la exposición que, hasta el 15 de octubre, se puede ver en el Centre de la Imatge La Virreina de Barcelona, una sala situada en plenas Ramblas y que, de alguna manera, recupera y saca a la calle a un autor esencial que nunca ha dejado de influir en las generaciones posteriores y que revolucionó nuestra manera de ver el arte, la sociedad y la naturaleza, animándonos a mirar el mundo como si se tratara de la primera vez.

La muestra, una de las más completas hechas hasta el momento, incluye dibujos, collages y una antología de los programas de la BBC que, a partir de los últimos años 50, le convirtieron en un personaje mediático. Si Kenneth Clark, en “Civilisation” (1966-69), defendía desde la pequeña pantalla la visión hegemónica y hasta colonialista del arte occidental, en series tan legendarias como “Ways of Seeing” (1972), John Berger enseñó al público a decodificar los mensajes ideológicos ocultos en el arte. Completamente marxista en intención y resultado -dicen que en la actualidad sería imposible hacer algo así en la televisión-, en esta serie mostró al feminismo marxista y creó el término “mirada masculina”. En “Voices” (1983), en Channel 4, debatió por ejemplo con Susan Sontag sobre la lectura e interpretación de las imágenes.

Berger era, realmente, casi un hombre renacentista, un pensador al que regresar para comprender esta sociedad capitalista de la imagen... y que peca tanto de mirarse en el ombligo del ser humano. Por eso es tan interesante “Por qué miramos a los animales” (editado por Alfaguara; “Why Look At Animals?” en el original ), un libro que acaba de llegar a las librerías y que recoge los ensayos, algunos inéditos en castellano, que John Berger dedicó a nuestra relación con los animales y a diversas luchas sociales. Un trabajo que muestra, una vez más, la sensibilidad y el compromiso del autor en temas de intensa relevancia actual.

«NACEN, SIENTEN Y MUEREN»

Además de las conocidas fábulas en las que los personajes principales eran cerditos, perros o incluso zorros, el reino animal siempre ha estado presente en las mejores obras de la historia. «Los animales nacen, sienten y mueren», afirma Berger. Y en eso se parecen a los humanos. Su tesis de fondo es que el desarrollo de la sociedad capitalista ha desviado esas vidas paralelas animal-humano, aunque se den paradojas como el auge de las mascotas.

Variando en tono desde la anécdota tierna hasta el ensayo profundo, Berger se pregunta cómo y por qué nos hemos vuelto incapaces de ver realmente a los animales, a los que hemos convertido en muñecos, juguetes y personajes de cuentos infantiles. Berger nos ofrece un diagnóstico, pero también una salida: la solidaridad entre oprimidos, la creación de un lenguaje común y una nueva mirada emancipadora tanto para el que mira como para el que es mirado.

ÁRBOLES Y AGUA

Y si Berger pone el foco en los animales, el también británico Roger Deakin (Watford, 1943-Mellis, 2006) lo sitúa en los árboles: «Para los chinos la madera es el quinto elemento, y Jung consideraba los árboles un arquetipo», escribe en el arranque de “Diarios del bosque. Una vida entre árboles” (Impedimenta), otro libro que acaba de salir. El naturalista es el autor de la famosa “Diarios del agua”, una obra donde recoge sus inmersiones en todo tipo de ríos, lagos, playas, estanques y otras masas líquidas de Inglaterra. Y en este libro, aparecido póstumamente, hace lo propio con los árboles, consciente también de que, como los animales, las masas forestales o pierden tamaño o se domestican.

Un último apunte: la obra poética de Berger está en euskara traducida por Itziar Diez de Ultzurrun y publicada por Susa. Cuando cumplió 70 años, Berger sacó “Pages of the Wound” (“Zauriaren orriak”, en euskara), donde incluyó poemas escritos entre 1956 y 1994. En 2012, su hijo Yves, también pintor y escritor, publicó otro libro titulado “Tu turno”, en el que compartió las cartas intercambiadas con su padre los últimos años de su vida. Aquí un fragmento: «Esta brecha entre nuestra conciencia y nuestros sentimientos, entre lo visible y lo invisible, entre lo dicho y lo no dicho, lleva a una especie de vértigo. Un vértigo que no está lejos de la oración y de la locura. Esa es la zona donde me gustaría que nos encontráramos, ¿te vienes?».