GUTUNAK

Errores y excesos de la Ertzaintza

Javier Orcajada del Castillo

La imagen pública de la Ertzaintza en estos momentos puede equipararse a la de las FSE españolas. Cuando al poder absoluto no se le controla, sino que se le jalea y se magnifica, bien por temor o por incompetencia de sus mandos, se puede caer en un espacio críptico para ocultarse tras las ordenanzas militares sólo aptas para la tropa. La Ertzaintza es un colectivo que utiliza la fuerza bruta y la mente en estado primario que trasforma sus actuaciones ante la población en problema. Su historial está trufado de irregularidades que los mandos y los jueces disimulan para evitar la desafección popular. Casos como el de Cabacas, denuncias de tortura avaladas por Aranzadi o actuaciones descontroladas que son «ignoradas» por los jueces. Recientemente, una manifestación de 4.000 agentes autodenominados «Ertzaintza en Lucha» que declaran que sus sindicatos no les representan, acosan al titubeante consejero Erkoreka y amenaza a los sindicatos para que se adhieran a su indisciplina si no quieren verse marginados. Chantajean con bloquear el Tour que se inicia en Bilbao. Un juez de Vitoria abre causa por la inoperancia de la Ertzaintza que ha provocado el asesinato de una madre embarazada. El límite de la irresponsabilidad de los mandos ocurre ante el Parlamento Vasco con el show de ese colectivo descontrolado, pues una banda de ellos, atronando con pitos y gritos frente a la fachada custodiada por una dotación de agentes en servicio que se abstuvo de actuar ante la impasibilidad de los mandos. Los rebeldes ocuparon la vía del tranvía paralizando su tránsito durante dos horas. Incluso algunos se acercaron manifestándoles su simpatía. El Gobierno Vasco tendrá que actuar, pues Madrid intervendrá ante la amenaza de paralizar el Tour que comienza en Bilbao. Sería lógico que el Gobierno francés demande explicaciones para conocer cómo se va desarrollando la preparación del evento que afecta su prestigio y provoque un incidente internacional. Es lógico que Sanchez mande a la Guardia Civil, experta en estos asuntos de violencia. No será gratis, pues el apoyo de las FSE afectará al actual estatus de la Ertzaintza, quizá convirtiéndola en policía de barrio y destituyendo a sus los mandos por inútiles. «Los que están siempre de vuelta son los que nunca han ido a ninguna parte» (Antonio Machado).