Dabid LAZKANOITURBURU

¿Pugna «diplomática» por la hegemonía mundial?

Toda cumbre o reunión de alto nivel no deja de ser una escenificación, por lo que conviene no dejarse llevar por las frases-cliché y desideratums que suelen servir para clausurarlas.

Pero un gesto, como que el presidente chino Xi recibiera al jefe de la diplomacia estadounidense Blinken, es preferible a un desaire y la decisión siquiera de mantener abiertos los canales de comunicación entre ambas potencias en pugna por la hegemonía puede servir de suelo para futuros e hipotéticos deshielos.

Seduciría pensar que ello puede convenir a ambos bandos. A China porque necesita estabilidad para revitalizar su economía tras tres años de pandemia y a EEUU para no acercar aún más a Pekín con Moscú sobre Ucrania.

Pero es de temer que, al tener más que perder por ver en peligro su liderazgo, Washington mantendrá la presión, y más en puertas de las presidenciales. Tampoco parece que la China «neomaoísta» de Xi se vaya a arredrar.

Todo apunta a que la tensión no bajará y a que todas las miradas se posarán en Taiwán.