Cuatro soldados armenios murieron ayer por fuego del Ejército azerbaiyano en Nagorno-Karabaj, región disputada por Armenia y Azerbaiyán. «Unidades de las Fuerzas Armadas de Azerbaiyán abrieron fuego contra posiciones armenias» en los distritos de Martuni y Martakert durante la noche, utilizando artillería y drones, señaló el Ministerio de Defensa karabají.

El primer ministro armenio, Nikol Pashinian, advirtió de un «alto riesgo de desestabilización en el sur del Cáucaso» y pidió a la comunidad internacional que tome medidas prácticas para garantizar los derechos y la seguridad del pueblo de Nagorno-Karabaj.

La víspera, el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán había acusado a destacamentos armenios de haber abierto fuego contra las posiciones del Ejército azerbaiyano hiriendo a un soldado.

Al respecto, Ereván acusó a la parte azerí de difundir continuamente informes falsos sobre una supuesta violación de un alto el fuego para justificar sus ataques. Rusia, potencia histórica en la región, pero con una influencia cada vez más cuestionada incluso por su teórico aliado, Armenia, expresó su preocupación y pidió Bakú y Ereván que resuelvan «todas las cuestiones por medios pacíficos».

Este nuevo repunte de la violencia se produce cuando EEUU, que también intenta extender su influencia, acoge desde el martes y hasta hoy nuevas negociaciones entre Armenia y Azerbaiyán sobre el conflicto.

El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, se reunió el martes con sus homólogos armenio, Ararat Mirzoyan, y azerbaiyano, Djeyhoun Baniramov.

EEUU ya había reunido a los dos ministros en Washington a principios de mayo, y las conversaciones se han sucedido también en las últimas semanas en Bruselas y Moscú.

Bloqueo de Lachín

Desde diciembre, Ereván acusa a Bakú de obstaculizar los suministros a Karabaj, al bloquear una ruta crucial, el corredor de Lachín, provocando escasez.

Bakú lo justifica alegando que se trata de un puesto de control por razones de seguridad, y asegura que el transporte civil puede circular sin obstáculos por el corredor. Pero la rama armenia de la Cruz Roja acusó la semana pasada a Azerbaiyán de bloquear el acceso a Nagorno-Karabaj y de agravar una preocupante situación humanitaria.

Hace unas semanas, el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, acusó a las autoridades de Bakú de aplicar una política de limpieza étnica en el enclave, de población mayoritariamente armenia.

Armenia y Azerbaiyán han intercambiado durante los últimos meses numerosas acusaciones de violación del alto el fuego de 2020, que puso fin a la Segunda Guerra de Nagorno Karabaj. El conflicto se saldó con victoria de Azerbaiyán, que recuperó territorios.