El presidente de EEUU, Joe Biden, está aireando su «temor» de que Taiwán se convierta en una nueva Ucrania y ha acelerado sus planes para contener a China mediante la revitalización de la OTAN y el fortalecimiento de alianzas en la región de Asia Pacífico.

Biden quiere que la cumbre de líderes de la OTAN en Vilna los próximos días 11 y 12 sirva para advertir a Pekín sobre «una gran resistencia internacional» ante cualquier acción contra Taiwán, haciendo un paralelismo con la invasión rusa de Ucrania. China tendrá un papel secundario y posiblemente solo será mencionada públicamente en relación con su papel en la guerra, ya que ha intentado actuar de mediadora mientras mantiene una relación estrecha con Rusia.

Sin embargo, los mayores cambios se han producido entre bastidores, con Washington presionando para incluir a China en la agenda de la OTAN. EEUU ha convencido a Canadá, Gran Bretaña y Lituania para que la OTAN preste más atención a China, aunque otros miembros como el Estado francés y Alemania dicen que enfocarse demasiado en Pekín podría acabar por hacer que se sienta amenazado.

Pese a las diferentes posturas, la OTAN ya dejó claro el año pasado que la era de ignorar a China había acabado.

El nuevo Concepto Estratégico, aprobado en 2022 en la cumbre de líderes en Madrid y que servirá de hoja de ruta durante la próxima década, establece que las ambiciones y «políticas coercitivas» de China «desafían» los intereses, valores y la seguridad del club transatlántico.

Una muestra de ese mayor énfasis de la OTAN en China será la asistencia a la cumbre de los líderes de Japón, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia, ya invitados en 2022.

Aparte de sus esfuerzos diplomáticos en la OTAN, Washington ha tejido una red de alianzas militares en el Asia Pacífico. Promovió la creación en 2021 del pacto tripartito Aaukus (Australia, Reino Unido y EEUU); ha revitalizado el Quad, la alianza de defensa conformada por Japón, EEUU, Australia e India creada en 2007 e inactiva durante años; ha renovado sus alianzas militares con Japón y Corea del Sur; ha anunciado la venta de drones avanzados a India y ha pactado con Filipinas el acceso a cuatro bases militares, una a 400 km de Taiwán.

La tensión por Taiwán ha aumentado en los últimos meses con un incremento de maniobras chinas de alta intensidad en el estrecho de Taiwán tras la visita en agosto de 2022 de Nancy Pelosi.

Hasta ahora, EEUU había mantenido una posición de «ambigüedad estratégica» hacia la isla, en concordancia con el Acta de Relaciones de Taiwán que firmó en 1979. China, por su parte, reclama la soberanía de la isla, que considera una provincia rebelde desde que los panchinos del Kuomintang se replegaron allí en 1949 tras perder la guerra civil.

Yellen pide «competencia sana» a Pekín, pero remarca la seguridad

La secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, de visita en Pekín, afirmó ante el primer ministro chino, Li Qiang, con quien se reunió ayer, que EEUU busca con China una «competencia económica sana basada en reglas» que beneficie a ambos, si bien aseveró que Washington tomará en algunos casos «medidas para proteger su seguridad nacional».

Yellen enfatizó que sus «desacuerdos» no deben desembocar en «malentendidos» que «empeoren innecesariamente» su relación económica y financiera.

Qiang aseguró que la buena relación entre ambas potencias puede determinar «el futuro y el destino de la humanidad», y confió en que las relaciones «vuelvan a encarrilarse» en un futuro próximo.

La visita se produce meses después de que Washington impusiera restricciones a la exportación de semiconductores y material de fabricación estadounidense. Pekín contraatacó el lunes al anunciar restricciones a la exportación de galio y germanio, dos metales clave para la fabricación de semiconductores. GARA