La candidata del PNV a presidir la Diputación de Gipuzkoa sufrió en las pasadas elecciones una notoria derrota, toda vez que obtuvo 17 diputados frente a los 22 de Maddalen Iriarte, a la sazón candidata de EH Bildu. Pese a ello, Eider preside el órgano foral con el apoyo del PSOE y del PP, socio de Vox en múltiples gobiernos autonómicos y ayuntamientos. Además, el PP expuso repetidamente que su apoyo era gratuito, con la única finalidad de impedir que gobernara la coalición abertzale. Dicho de otro modo, era un apoyo para alterar la voluntad mayoritariamente expresada en las urnas. Para justificar la maniobra, Eider dice que al gobierno se llega con votos, pero también con la capacidad de llegar a acuerdos, y es cierto, tan cierto como que por este segundo método, el de los acuerdos, acceden a gobernar precisamente los que no tienen votos, como ella misma.

De alguna manera hay que tratar de justificar el «sorpasso» sufrido por los jeltzales. Y es que parece que eso de perder la hegemonía mantenida durante tantos años no lo llevan nada bien. Cuando las encuestas vaticinan que en julio EH Bildu puede obtener más diputados en Madrid que su partido es como si les echaran sal en la herida. Solo así puede explicarse un articulo de la diputada por Gipuzkoa señora Arrizabalaga titulado “Izquierda ¿abertzale?” en el que se pone en tela de juicio que esa izquierda, la conocida precisamente por todo el mundo como abertzale, lo sea realmente.

La tesis que sustenta este galimatías es tan solvente como que los soberanistas se apostaban en las carreteras al paso del Tour con ikurriñas, pero también con la bandera de Nafarroa, y, al parecer, llevar la bandera del viejo reino, madre y origen de Euskal Herria, no es propio de auténticos abertzales (¡!) La que se pica ajos mastica.

El curita Núñez, alias Feijóo, pide que le vote todo el mundo para tener votos para gobernar en solitario y, si no lo consiguiera, dice que la culpa será de los que no vamos a votarle, ya que entonces tendrá que dirigirse a Vox, para alcanzar el poder con acuerdos. Como Eider.