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PARÍS

El panhinduista Modi, invitado estratégico de Macron en el 14 de julio

La acogida del primer ministro indio, Narendra Modi, como invitado de honor en la festividad del 14 de julio mostró el objetivo del Gobierno de Macron de cortejar al líder panhinduista como cliente de la industria militar francesa y afianzarlo como socio en una región de fuertes tensiones y un contexto de hostilidad occidental hacia Rusia y China.

El presidente francés, Emmanuel Macron, en un gesto de cercanía con el primer ministro indio, Narendra Modi.
El presidente francés, Emmanuel Macron, en un gesto de cercanía con el primer ministro indio, Narendra Modi. (Julien DE LA ROSA | AFP)

El tradicional desfile militar y las ceremonias del 14 de julio en París tuvieron como invitado de honor al primer ministro indio, Narendra Modi, cortejado por el Estado francés como el mes pasado lo fue por el Gobierno de Joe Biden en Estados Unidos.

El presidente francés, Emmanuel Macron, incluso entregó a Modi la Gran Cruz de la Legión de Honor, la máxima distinción del Estado francés para «saludar el papel del primer ministro en la excelente relación de amistad y confianza que une a Francia e India».

París y Nueva Delhi celebran este año el 25 aniversario de su asociación estratégica, que el Gobierno francés pretende reforzar para aumentar su peso en la zona de Asia-Pacífico.

Y, sobre todo, afianzar la relación militar con la potencia asiática, como se reflejó en el desfile a pie de 240 miembros de las Fuerzas Armadas indias o de tres de los 36 aviones caza Rafale recientemente comprados al Estado francés, en una exhibición militar que quiso reflejar el aumento del gasto de defensa.

Precisamente, la presencia en París de Modi fue acompañada del anuncio de la compra por parte de India de otros 26 nuevos aviones Rafale en versión marine para el nuevo portaaviones indio -un contrato que se valora entre 3.000 y 4.000 millones de euros-, así como de tres submarinos Scorpene.

Los dos países también dieron a conocer varios acuerdos de cooperación en el campo espacial, incluido el establecimiento de un sistema conjunto de vigilancia marítima por satélite y el inicio de la construcción del satélite infrarrojo térmico franco-indio Trishna.

Según Modi, ambos países comparten «el mismo deseo de autonomía estratégica, están profundamente vinculados al derecho internacional y queremos un mundo multipolar». En una entrevista en “Les Echos”, insistió en que ve al Estado francés como uno de sus principales socios mundiales.

El Estado más poblado del mundo y potencia en ascenso frente a su rival, China, mantiene cierto equilibrio en su relación con Occidente y con Rusia, en el que es cortejado por actores como EEUU o el Estado francés.

Por su parte, París busca aumentar su influencia en el Indo-Pacífico, un escenario de fuertes rivalidades geoestratégicas y donde aún tiene intereses y colonias, pero en el que se muestra como una potencia de «equilibrio».

La conmemoración de la toma de la prisión de la Bastilla, al inicio de la Revolución Francesa, contó con un excepcional operativo policial de 45.000 agentes y gendarmes en todo el país. Varias ciudades cancelaron sus actos festivos y se prohibió la venta de petardos y juegos pirotécnicos para evitar un nuevo episodio de violencia como los que se vivieron a finales de junio tras la muerte del adolescente Nahel M. a tiros por un policía durante un control de tráfico.



Autoritarismo, viajes espaciales e inundaciones

El Gobierno francés «rinde honores a un autócrata fascista», criticó el portavoz del PS, Olivier Faure. El líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, denunció el acuerdo entre dos líderes «marcados por la violencia autoritaria» y los ecologistas señalaron que con Narendra Modi India «ha retrocedido en su lucha contra la pobreza, contra la desigualdad, así como en términos de derechos humanos y libertades fundamentales». Amnistía Internacional también criticó la alfombra roja a un líder que acosa a medios informativos, instituciones judiciales o universidades y reprime minorías y a la oposición en un país de 1.400 millones de habitantes que, a la vez que ayer lanzaba el cohete Chandrayaan-3, en el segundo intento por alcanzar el polo sur de la Luna, vivía la inundación de Nueva Delhi. con varias de sus arterias principales sumergidas bajo el agua y su actividad paralizada por segundo día consecutivo. Tres niños murieron ahogados.GARA