Raimundo FITERO
DE REOJO

El día apropiado

Ya está. Como hay un día para todo, pongamos que hoy (aunque fuera ayer) es el Día Mundial del Cerebro. No puede ser más apropiado, porque esto de votar no es un asunto del corazón, ni del salchichón, ni de otra víscera residual, sino del cerebro. Hay que votar con razones que extiendan la capacidad ciudadana para sentirse partícipe de una forma de organización social y política que nos ayude a completar todos nuestros proyectos vitales y sociales, individuales y colectivos. Por lo tanto, estoy absolutamente convencido de que ya saben de manera definitiva qué papeleta van a meter en la urna y si alguien lee esto en zona fuera del ámbito vasco, recomendarle que siempre debe usarse el mismo cerebro para saber qué hay que hacer, para votar en positivo, es decir, lo que se desee y de paso que sirva de contención a la ola retrógrada que se anuncia, como no respondamos de la manera adecuada a los peores augurios.

Porque revisando todo lo que se ha publicado sobre el Cerebro en esta conmemoración de su día, se pone de manifiesto nuestro desconocimiento y la facilidad con la que confundimos los territorios en donde esa maquinaria central de nuestra esencialidad se mueve. Las enfermedades mentales, neurodegenerativas, los accidentes isquémicos o cardiovasculares se residencian en el cerebro. No se sabe qué porcentaje de sus sistemas de funcionamiento se conocen correctamente, ni siquiera hay seguridad de que estén monitorizados los lugares donde residen la inteligencia, la memoria, la movilidad o el metabolismo basal. ¿Qué es una muerte cerebral? ¡Viva la Vida!