El rastafari Tiken Jah Fakoly personifica al creador africano que denuncia el expolio y el neocolonialismo, con la fiesta y el baile como instrumentos de lucha. Como diría la brava Emma Goldman: «Una revolución sin baile no es una revolución que merezca la pena». Y alto gozo festivo prometía la juerga reggae en Gros cuando la exigencia de la rotativa había ya cerrado esta crónica de urgencia.

Fakoly transmite el dolor de su continente invitando a la danza reivindicativa y algo de esa filosofía desprende la actitud del cantante y guitarrista Ben Harper, que revisitaba el Kursaal tras su debut de 2006. El californiano y su quinteto Innocent Criminals exudaron una trabajada veteranía escénica con repertorio caleidoscópico en el que mandaba el blues-rock, con destellos de reggae y otros aires y algunos títulos de compromiso social.

El respetado pianista sudafricano Abdullah Ibrahim, a punto de llegar a nonagenario y en su sexta visita al Jazzaldia, es gran padrino del jazz comprometido con sus gentes. La digna belleza de sus teclas volvió a dejar una inolvidable noche en la plaza de la Trinidad. También es afrodescendiente la joven saxofonista londinense Nubya Garcia, que tomó el relevo del maestro, en claves multi estilísticas. Contemporáneo africanismo multicultural.

En la repleta jornada de domingo volvió también a haber sesiones mañaneras de piano solo, Txikijazz o la programación Jazzeñe, que se repetirán hoy, y fiesta vespertina en las terrazas de la Zurriola. Hoy destacan el regreso del influyente guitarra Pat Metheny (Kursaal) y del vibrante trompetista Enrico Rava más el teclista austriaco David Helbock (plaza Trinidad) y la fiesta playera con los británicos Ezra Collective y los Zetak de Pello Reparaz; toque euskaldun 2023 en la Zurriola y última cita de ese macro escenario.