Es una lástima que una actriz de la talla de Toni Collette haya tenido que afrontar un rol tan disperso como el que le ha correspondido en esta especie de comedia que coquetea con el thriller.

La australiana -que ha demostrado su talento en películas como “La boda de Muriel”, “El sexto sentido”, “Little Misss Sunshine” y “Hereditary”- se mete en la piel de una ejecutiva estadounidense cuya típica mecánica profesional y familiar saltará por los aires cuando deba viajar a Roma para asistir al funeral de su abuelo. Allí descubrirá, para su sorpresa, que el flamante negocio familiar es en realidad una organización criminal y sus rivales ahora tienen a su “famiglia” en el punto de mira.

La protagonista asumirá que debe ejercer el control de la situación asumiento el liderazgo de su clan, y para ello contará con la consigliere de confianza, interpretada por una Monica Bellucci obligada por las circunstancia a reincidir en los estereotipos.

FARSA SOBRE LA MAFIA

Detrás de la cámara se encuentra Catherine Hardwicke, una directora que arrancó con fuerza con “Thirteen”, un melodrama indie sobre adolescentes que generó cierta polémica, y que en esta oportunidad se ha servido de los acostumbrados giros relacionados con los tópicos del cine de gangsters para intentar dar una lectura empoderada y liberadora de este subgénero.

Por desgracia, lo que quiere ser una farsa se queda en una mera caricatura resuelta mediante chistes de calibre bajo, estruendosos tiroteos y diálogos insustanciales.

En definitiva, lo que pretendía ser una relectura original y desenfadada de películas como “El padrino”, por ejemplo, se traduce en un proyecto fallido en el que Collette -que también ejerce como productora- nunca borra de su rostro el gesto sorpresa ante el frenesí de su viaje italiano.