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Crecientes desmarques ante una intervención militar africana en Níger

Coincidiendo con el vencimiento ayer domingo del ultimátum de la CEDEAO a los golpistas de Níger, aumentan las voces en África Occidental que rechazan participar en una intervención militar. Desde Argelia hasta Chad, pasando por el Senado de Nigeria y los estados del norte del país, que comparten lazos económicos, históricos, lingüísticos y culturales con el sur de Níger.

El presidente nigeriano, Bola Tinubu.
El presidente nigeriano, Bola Tinubu. (Kola SULAIMON | AFP)

A escasas horas de que expiraraa las doce de la noche de ayer la amenaza de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) de intervenir militarmente en Níger si los golpistas no liberan y devuelven el poder al presidente legítimo, aumentaban las dudas y los recelos entre sus miembros.

El presidente de Argelia, Abdelmadjid Tebboune, rechaza «categóricamente» cualquier intervención militar. «Dos países (Mali y Burkina Faso) están listos para entrar en la batalla», recordó, para advertir de que en caso de intervención militar, «todo el Sahel arderá».

Aunque no pertenece a la CEDEAO, Chad, que alberga el Estado Mayor de la operación militar antiyihadista francesa, no participará en una eventual intervención y aboga por el diálogo con los golpistas.

«Es la responsabilidad del pueblo de Níger medir la gravedad de la situación y tomar una decisión. Por eso, Chad nunca intervendrá militarmente», dijo el ministro de Defensa chadiano, Daoud Brahim Yayal.

De los quince países que conforman la CEDEAO, los gobiernos de Nigeria, Benín, Costa de Marfil y Senegal han confirmado la disponibilidad de sus ejércitos para la eventual intervención militar.

OPOSICIÓN EN NIGERIA

. El primero, el más importante por población y extensión, afronta asimismo una oposición interna a ese plan militar.

El Senado de Nigeria hizo un llamamiento al diálogo. Su presidente, Godswill Akpabio, negó que el líder del país, Bola Tinubu, jefe a su vez de la CEDEAO, hubiera pedido la aprobación de la Cámara al despliegue militar. Todo apunta, sin embargo, a que sí lo tanteó y la respuesta fue clara.

El presidente de Nigeria está obligado a contar con la aprobación del Senado para enviar al Ejército al extranjero. Solo podría alegar que «la seguridad nacional está bajo un peligro o amenaza inminente», pero aun así necesita el aval del Senado en 14 días.

La oposición es total entre los senadores del norte de Nigeria, que advierten de que una guerra afectará directamente a sus poblaciones. Siete estados del norte de ese país comparten una frontera de 1.500 kilómetros con Níger. (Sokoto, Kebbi, Katsina, Zamfara, Jigawa, Yobe y Borno), así como lazos comerciales y sociales históricos con el sur de Níger, con el que comparten afinidades culturales, religiosas y lingüísticas. También la opositora Coalition of United Political Parties rechaza la militarización del conflicto.

El Estado francés, por contra, apoya «con firmeza y determinación» los esfuerzos de la CEDEAO, pues «el futuro de Níger y la estabilidad de toda la región están en juego». Sin embargo, varias cancillerías occidentales abogan por el diálogo, en particular Alemania, que ha pedido hacer más esfuerzos de mediación.