España y Suecia se enfrentarán el próximo martes en Auckland por un puesto en la final del Mundial. No le resultará extraño a ninguna de las dos selecciones, acostumbradas a pelear por metales, aunque en el caso de las rojigualdas los éxitos se han restringido a las categorías inferiores. Suecia, por el contrario, ha llegado al menos a semifinales en cinco de los seis grandes torneos que ha disputado en los últimos siete años.

Y es que si por algo partía la selección nórdica entre las candidatas a, como mínimo, el podio, es precisamente porque a la calidad de sus futbolistas -no es casualidad que quince de sus 23 futbolistas militen en equipos punteros, campeones incluidos, de las cinco grandes ligas europeas y la NWSL- se le une una larga y exitosa trayectoria en conjunto. Una decena de las jugadoras que consiguieron la plata en los Juegos de Rio en 2016 disputa este Mundial a las órdenes de Peter Gerhardsson, que relevó a Pia Sundhague tras aquella cita olímpica y con el que Suecia se colgó el bronce en el Mundial de Francia hace cuatro años, de nuevo la plata en los Juegos de Tokio -cediendo en la tanda de penaltis ante Canadá-, cayó en semifinales ante la imparable Inglaterra en la Eurocopa del verano pasado y tiene su único lunar en la de cuatro años antes, cuando tuvo que volver a casa en cuartos.

Se fueron las Schelin, Fischer o Lindahl pero se mantiene la columna vertebral, a la que hace ya tiempo que se unieron las Bennison, Musovic o Ilestedt. De hecho, 16 de las jugadoras que disputan el Mundial ya estuvieron en el del Estado frances, 17 se han colgado al menos una medalla en categoría absoluta y solo para tres éste supone su debut en un gran torneo.

Con una edad media cuatro años inferior y sin la sintonía de las suecas con su seleccionador, España supera su techo alcanzando las semifinales pero sus futbolistas no son precisamente neófitas en la pelea por podios y títulos, tanto con sus clubes como con las categorías inferiores del combinado rojigualdo.

Incluso habiendo dejado en casa a Guijarro, Bota y Balón de Oro en el Mundial sub20 de 2018, Maite Oroz, Pina, Alexandri o teniendo a Damaris en Países Bajos, una docena de las futbolistas que se ha llevado Jorge Vilda al Mundial se han colgado oros y platas en Mundiales y Europeos sub20, sub19 y sub17. Incluyendo a Salma Paralluelo, que ayer con un gol en la prórroga dio la victoria a su selección frente a Países Bajos y que ha celebrado tres títulos en los cinco útimos años, Europeo y Mundial sub17 y el Mundial sub20 del pasado año, en el que además fue elegida MVP de la final.

A nivel de clubes, el botín es aún mayor. Una docena de las jugadoras ha conquistado títulos de Liga, Copa, Supercopa e incluso Champions con Atlético, Paris Saint Germain, Athletic o, sobre todo, Barcelona, el pilar sobre el que sigue pivotando la selección española pese al “affair Vilda”.

El próximo martes tratarán de seguir trasladando sus logros a la selección absoluta con resultados muy inferiores a las de base, ante una Suecia más curtida y que, como demostró ayer ante Japón, sabe crecerse en los partidos cruciales.