EDITORIALA

Un pequeño paso para humanizar la cárcel

El Ejecutivo de Gasteiz acaba de abrir en Bilbo un centro dirigido a personas presas con enfermedades graves e incurables, que cumplen los requisitos para progresar al tercer grado, pero que carecen de respaldo social para acceder al mismo. Con este proyecto denominado Eusten y gestionado por Bidesari, entidad creada por la Pastoral Penitenciaria del Obispado de Bilbo, estas personas presas con enfermedades graves y degenerativas podrán disfrutar del tercer grado antes de que el sistema les permita acceder a la libertad condicional. Se trata, por tanto, de un recurso para el tránsito hacia la libertad de las personas penadas enfermas y en situación de exclusión social.

Esta iniciativa del Departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales es, sin duda, acertada. Un proyecto que da un pequeño paso hacia la humanización de la política penitenciaria que, en general, se caracteriza por el abandono de las personas presas. La Administración se suele limitar a mantener a las personas recluidas entre rejas sin prestarles ninguna clase de atención. Especialmente destructiva es la escasa ayuda sociosanitaria que se ofrece para tratar los efectos de las enfermedades físicas y psicológicas que las personas presas padecen y que el encierro no hace sino agudizar y cronificar, provocando un enorme desgaste. Y aunque a menudo se olvide, la Administración está obligada a responder por el bienestar de las personas encarceladas a las que la Justicia ha privado de la libertad, pero no de otros derechos. El proyecto asimismo tiene la virtud de sacar a la luz el hecho de que las personas presas son diversas en condición y estado, y que es necesario atender las necesidades de todas ellas.

El actual modelo punitivista está basado en el control policial, en el castigo y la venganza y en la criminalización de la pobreza y la marginación. La transferencia de la competencia de prisiones proporciona mimbres para empezar a transformar este sistema por otro más humano que aparte la sanción y la pena y busque la reinserción y resocialización de las personas que hayan cometido algún delito. Los avances en esa dirección deben ser audaces y firmes.