Izaro IZU
CAÑONAZO OFICIAL Y COHETE PIRATA EN DONOSTIA

Cañonazo y cohete pirata compiten en solidaridad

Con media hora de diferencia, dos estruendos a apenas 300 metros de distancia pusieron en marcha ayer por la tarde la Aste Nagusia donostiarra. Primero fue el cañonazo oficial, con Aspace y la Sociedad Fotográfica como artífices; y casi acto seguido, salió propulsado el cohete pirata, con Ezkila Kapitaina y Zaporeak.

El cañonazo dio inicio de manera oficial a la Aste Nagusia de Donostia. Las encargadas de encender en cohete pirata fueron voluntarias de la iniciativa Zaporeak.
El cañonazo dio inicio de manera oficial a la Aste Nagusia de Donostia. Las encargadas de encender en cohete pirata fueron voluntarias de la iniciativa Zaporeak. (Jon URBE - Iñigo URIZ | FOKU)

Aste Nagusia de Donostia ya está en marcha en sus dos facetas; la oficial y la alternativa; la clásica y la pirata; la del cañonazo pomposo y la del sencillo cohete; la del suntuoso Alderdi Eder y la del popular puerto. Ante el Ayuntamiento y en la Flamenka se repitieron los rituales antiguo y moderno; a las 19.00 tronó el cañón y media hora después sonó el txupinazo. Un doble chispazo para prender ocho días de fiesta, en la parte oficial, y nueve en la pirata, porque no acabará hasta Irrikitaldia en la tarde del domingo 20.

Cada uno a su modo, ambos inicios coincidieron en solidaridad e inclusión, con dos protagonistas muy merecidos. En el arranque oficial, Aspace, la asociación que celebró así su 50 aniversario asistiendo a personas con parálisis cerebral y ayudando a las familias. Y en el «alternativo», Zaporeak, a quien Donostiako Piratak quiso agradecer así los ocho años de trabajo altruista para paliar el drama de los inmigrantes que llegan a Lesbos (Grecia).

La tarde estaba pesada, con más de 23 grados y una bruma que iba envolviendo el litoral marítimo progresivamente. Aunque la tarde del sábado previo al 15 de agosto suele ser la más concurrida del año en Donostia, esta vez no fue para tanto, al influir mucho la coincidencia con el partido de la Real que tenía en las gradas de Anoeta a más de 30.000.

La comitiva de la Cofradía Vasca de Gastronomía salió de la Trini haciendo redoblar sus tambores rumbo a Alderdi Eder. Entre gigantes y cabezudos, txaranga y batukada, llegaron al punto de destino y se reunieron con los representantes de Aspace y también de la Sociedad Fotográfica, entidad bien reconocible en la ciudad que cumple 75 años.

También tuvieron un papel destacado los deportistas Nahia Zudaire e Iñigo Llopis, reconocidos tras su paso exitoso por el Mundial de natación adaptada de Manchester y recibidos y homenajeados en el Ayuntamiento una hora antes. Se entonó el imprescindible ‘Artillero’ y segundos después sonaba el potente cañonazo de mano de la artillera mayor, Onintza Mokoroa.

LA FLAMENKA, ANIMADA Y REIVINDICATIVA

Tras el cohete ante el Ayuntamiento se inició una holi fest animada por DJs, pero entonces ya era hora de mirar unos cientos de metros más abajo, hacia el recinto pirata. Y es que por el Cantábrico asomaba Ezkila Kapitaina, cuya llegada a tierra marca el inicio del barullo en la Flamenka. En realidad para entonces ya estaba caldeado el asunto, porque varias cofradías llegaron al inicio festivo tras poteos y comidas para ir entrando en ambiente.

Al personaje pirata le esperaban voluntarios de Zaporeak, una iniciativa donostiar peto-petoa pero que se ha convertido en referencia mundial, para prender la mecha del cohete, que disparó a su vez el jolgorio en la Flamenka.

Zaporeak nació en Intxaurrondo y sus responsables explicaron que «siempre hemos sentido muy cerca a la juventud de Donostia». Por ello, haber sido este año los responsables de encarnar a Matti en el comienzo festivo lo toman como una gran satisfacción. Y también como un modo de «seguir extendiendo nuestro proyecto comunitario», en una zona del planeta como el Mediterráneo en que hay poco margen para fiesta y mucho trabajo por hacer.

Con las barras piratas ya a pleno rendimiento, la noche venía larga en la coqueta zona del puerto, engalanada con todo tipo de reivindicaciones. Y no menos en Sagues, donde la actuación de ETS hacía prever un primer llenazo. El programa musical de esta Aste Nagusia augura duras pugnas entre el escenario del puerto y el de la otra punta de la Zurriola. Solo hace falta que la lluvia que amenaza no se convierta en un obstáculo llegadas las medianoches.

Acabando con la Flamenka, llegan días fuertes para las cofradías piratas, que hoy entre otras cosas competirán en diversos juegos desde las 20.00 y que mañana tienen el día grande del abordaje, con aniversario añadido: 20 años.