El ministro de Exteriores iraní, Hossein Amir-Abdollahian, llegó ayer a Ryad en su primer viaje oficial a Arabia Saudí desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países, enemigos históricos y religiosos.

Irán, de mayoría chií, y Arabia Saudí,de confesión suní, rompieron lazos en 2016 después de que manifestantes atacaran misiones diplomáticas saudíes en la antigua Persia en respuesta a la ejecución por parte de la satrapía del Golfo de un influyente clérigo de la minoría chií en el este del país.

MEDIACIÓN CHINA

Las dos potencias rivales en Medio Oriente acordaron reanudar las relaciones diplomáticas tras un acuerdo alcanzado el 10 de marzo con mediación de China.

La República Islámica reabrió su misión diplomática en Ryad y su consulado general en la ciudad saudí de Jeddah el 6 de junio. Por su parte, Arabia Saudí reabrió su Embajada en Irán a principios de este mes.

A mediados de junio, el jefe de la diplomacia saudí, el príncipe Faisal ben Farhane, realizó una visita oficial a Irán, la primera de un ministro de Exteriores saudí en 17 años.

En otro hito en el deshielo entre Irán y Arabia Saudí, los oficiales militares de los dos países se reunieron en Moscú al margen de una conferencia de seguridad, informaron el miércoles los medios estatales iraníes. Las dos potencias rivales mantenían una enemistad que se reflejaba a menudo en posiciones opuestas sobre cuestiones regionales.

Desde el deshielo que comenzó en marzo, Arabia Saudí ha vuelto a contactar con el aliado árabe de Teherán, Siria, y ha intensificado sus esfuerzos de paz en Yemen, donde lidera una coalición militar que respalda al Gobierno yemení contra los rebeldes hutíes cercanos a Irán.

El acuerdo de restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países allanó el terreno para la readmisión de Siria en la Liga Árabe tras 12 años de suspensión, además de las conversaciones entre Irán y Egipto para normalizar sus relaciones y las negociaciones en Yemen.