Joseba ITURRIA
DONOSTIA
REAL

Remiro evita la derrota en un final desastroso en el que se acusó todo

La Real fue mejor en el primer tiempo gracias a la superioridad de Barrene y Kubo sobre los laterales del Celta y se hundió en el segundo sin que Imanol encontrara soluciones en el banquillo ante el cansancio de los centrocampistas y la falta de recambios.

Barrenetxea y Kubo celebran el gol que fabricaron con su superioridad en el primer tiempo sobre los laterales del Celta.
Barrenetxea y Kubo celebran el gol que fabricaron con su superioridad en el primer tiempo sobre los laterales del Celta. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

La Real volvió a dejar escapar ayer dos puntos de Anoeta y, aunque el gol del empate del Celta llegó en el tiempo añadido, el resultado fue lo mejor de un final desastroso de los blanquiazules en el que solo Álex Remiro evitó la derrota.

Fue un partido con dos tiempos muy diferentes, con superioridad de los blanquiazules en el primero y de los vigueses en el segundo tras corregir Rafa Benítez en el descanso el desbarajuste defensivo de su equipo y la superioridad de Kubo y Barrenetxea sobre sus laterales con la entrada de Aidoo para pasar a jugar con tres centrales.

Imanol no encontró soluciones en el banquillo a los problemas que mostró su equipo. El Celta ganó el sorteo inicial y pudo atacar en el segundo tiempo en la mitad de campo que mejor estaba. Además la Real pagó el calor con el cansancio, sobre todo, de Brais Méndez y Beñat Turrientes.

El equipo blanquiazul acusó las bajas de Merino y Olasagasti y que Arsen Zakharyan estaba en un palco. Imanol tuvo a Pablo Marín preparado para salir, pero se decantó por sacar a Pacheco para acabar con tres centrales en un 5-4-1 y lejos de mejorar se empeoró.

CHISPA EN LAS BANDAS

El segundo tiempo no tuvo nada que ver con el primero, en el que Imanol introdujo un único cambio con el once que empató con el Girona con la entrada de Barrenetxea por Oyarzabal. La respuesta del donostiarra no pudo ser mejor porque desde el principio superó a Mingueza y además aprovechó las facilidades defensivas del Celta para marcar de cabeza sin oposición y sin necesidad de saltar un centro con la derecha, la pierna mala, de Take Kubo, que también superaba en su duelo particular a Manu Sánchez.

Con el cambio de sistema unos laterales que sufrían se convirtieron en unos carrileros que causaban problemas a la zaga de una Real que perdía el balón continuamente y permitía al Celta llegar con facilidad a su área. En todo el segundo tiempo los de Imanol no crearon ninguna oportunidad en ataque y necesitaron seis buenas intervenciones de Remiro para mantener la ventaja, tres de ellas casi seguidas al despejar tres remates de Álex Sola, Mingueza y Larsen en unos minutos angustiosos para sus aficionados y sus compañeros que terminaron con el gol del defensor vigués.

El viernes en Las Palmas Imanol debería tener ya más recursos en el centro del campo con Merino, Olasagasti y Zakharyan, que tras pasar reconocimiento médico, se confirmó su fichaje por seis años.