Amaia U. LASAGABASTER

Las españolas lo superan todo para conquistar el mundo

Con un gol de Olga Carmona, España derrotó a Inglaterra y se adjudicó su primer Mundial. Superando todos los obstáculos, también los de casa, las españolas hacen valer la calidad mayúscula que ya les había llevado a dominar el fútbol mundial en categorías inferiores para conquistar el trofeo más deseado, del que también presumen Irene Paredes y Oihane Hernández.

La selección española sucede a Estados Unidos en el palmarés del Mundial, que solo han ganado otros cuatro equipos.
La selección española sucede a Estados Unidos en el palmarés del Mundial, que solo han ganado otros cuatro equipos. (Franck FIFE | AFP)

Con un gol de Carmona a la media hora de partido, España conquistó el Mundial femenino por primera vez. Una protagonista inesperada, aunque ya había anotado el gol de la victoria rojigualda en la semifinal ante Suecia, como no podía ser de otra manera en esta novena edición del torneo, en el que sorpresa ha sido, probablemente, la palabra más utilizada. Lo ha sido el buen papel general de las selecciones más humildes, que han hecho buena la ampliación a 32 participantes y el goteo de eliminaciones de las favoritas, que han ido cayendo una tras otra. Solo aguantaba Inglaterra, flamante campeona de Europa y en el póker de grandes candidatas al título pese a las importantes bajas que arrastraba, pero que tampoco ha podido culminar un torneo que se ajdudica, con todo merecimiento, España.

Lo ha conseguido un grupo de futbolistas mayúsculas que ha podido con todo, también con lo que tenía en casa, y ha acabado alzando el más deseado de los trofeos. Un premio que se repartan veteranas que han abierto camino en los últimos lustros y las han visto de todos los colores y una nueva generación de jugadoras que han dominado los grandes torneos en categorías inferiores durante los últimos años y que por primera vez han podido trasladar esa superioridad a la categoría absoluta. Entre las segundas se encuentra Oihane Hernández, que debutó con la rojigualda hace menos de un año; entre las primeras, Irene Paredes, la única futbolista que ha jugado, y completado, todos los partidos que ha disputado España en los tres Mundiales en los que ha participado. Que la legazpiarra no haya llevado el brazalete una sola vez a lo largo de todo el torneo y que tampoco fuera la encargada ayer de recibir la Copa, castigada por haberse atrevido a ejercer de capitana, da buena muestra de que no todos los rivales de estas jugadoras se han encontrado en el césped, quizá ni siquiera los más peligrosos.

Lo era, y mucho, Inglaterra, que partía con la etiqueta de favorita pese a que la trayectoria que han marcado los dos equipos en el torneo había equilibrado mucho las quinielas. Porque el campeón europeo superó la primera fase ratificando su condición de candidato al título pero después ofreció una versión desconocida ante Nigeria y Colombia para recomponerse en buena medida en semifinales ante Australia. España, por el contrario, sufrió un duro mazazo en la fase de grupos, cuando cayó goleada ante su primer rival de entidad, un Japón que le sacó los colores. Pero después no ha dejado de crecer. La incapacidad para reaccionar y la pobreza de recursos tácticos han sido los defectos que más críticas le han merecido a Jorge Vilda en sus largos años en el banquillo español pero esta vez tocó piezas y algunos fundamentos de su juego y acertó plenamente. Su equipo ha ido ganando en fútbol y confianza mientras superaba rivales cada vez más exigentes hasta culminar con su victoria, totalmente merecida, ante la campeona de Europa.

El protagonismo fue, en buena medida, para las jugadoras que ya decidieron ante Suecia en semifinales -Paralluelo enloqueció a la zaga inglesa y Carmona anotó el gol de la victoria- pero la victoria no se cimenta en dos chispazos de calidad, sino en la superioridad casi total de las españolas, que hasta se permitieron fallar un penalti.

Mientras Vilda dejaba en el banquillo a Alexia, Sarina Wiegman repetía el equipo de los últimos partidos. Estuvo más acertado el español que la neerlandesa: Paralluelo partía como delantera de referencia pero sus caídas a banda hacían mucho daño a la zaga rival, entre otras cosas porque Bronze y Daly dejaban muchos espacios, facilitando a España la entrada por bandas que tan buenos resultados le ha dado y complicando la tarea de sus centrales, que se tenían que multiplicar. Al menos en la recta inicial, las “Lionesses” lo compensaron con su verticalidad, lo que provocó que el primer tramo del partido fuera entretenidísimo aunque sin demasiadas ocasiones claras, a excepción del larguerazo de Lauren Hemp.

Parecía que Inglaterra empezaba a imponerse a duras penas cuando acertó España con una recuperación en el centro del campo que acabó con la asistencia de Caldentey y el remate raso y cruzado que entró ajustadísimo al palo.

Se creció el equipo ibérico con la ventaja frente a un rival incómodo. Lo que ante Colombia, que también se adelantó en el marcador, se entendió calma, o flema británica, ayer se convirtió en impotencia. Consiguieron las inglesas pisar el área en un par de ocasiones pero la mejor ocasión fue para Paralluelo con un remate que se marchó tocando la madera.

En el descanso hubo cambio de nombres y dibujo en Inglaterra, ahora con cuatro defensas y Carter en la izquierda y dos líneas de tres por delante. Le sentó bien pero no tanto como para voltear el partido, una posibilidad que solo pareció factible durante fases muy concretas de la segunda parte. James rozó el empate, que evitó Cata Coll en una de sus contadísimas intervenciones comprometidas.

Más trabajo tuvo Mary Earps, que incluso ganó una vida extra para su equipo deteniendo un penalti mal lanzado por Jenni Hermoso. Pero el campeón europeo no supo aprovechar el subidón, sobre todo porque se lo impidió una España que encontró la temperatura perfecta para resguardarse en defensa con intensidad pero con calma -entró Oihane Hernández a contribuir en la tarea- y buscar la sentencia con aplomo.

No la encontró pero no le hizo falta para ratificar oficialmente que ha sido el mejor equipo del Mundial.