Somos un equipo invitado y queremos aprovechar la oportunidad de la Vuelta, que empezaba con una modalidad compleja en la que el equipo debe estar muy cohesionado. Sabíamos que no podíamos disputar la etapa. Llegábamos con ganas de hacer una crono decente como hicimos en Burgos. Este mes hemos estado puliendo detalles, trabajando bien para empezar con un sabor de boca bueno, pero sabíamos que había peligro de lluvia. No era al 100% y esperábamos que se retrasara hasta la noche.

El circuito lo hemos visto dos veces a las 16.00, antes de salir. Era técnico y urbano y en seco se podían coger rápido las curvas con más o menos tranquilidad. Se podía hacer una crono rápida, pero en todo el verano no ha llovido y ha empezado la lluvia para todos los equipos, no ha habido diferencia en eso, y se ha convertido en un circuito urbano muy peligroso con muchos giros de 90 grados, alcantarillas, pasos de cebra, muchas marcas de pintura...

Nosotros desde el inicio hemos tenido problemas. Nos hemos quedado pronto ya con cinco corredores que teníamos que llegar a meta y ha sido una contrarreloj descontrolada por la climatología. Ademas, el día se ha cerrado muy pronto, los últimos han competido de noche. No han sido las mejores condiciones para una crono, lo hemos tenido que afrontar así, no nos hemos quedado contentos, pero por suerte sacamos el lado positivo de que nadie ha tenido ningún percance. El equipo está bien y tenemos veinte oportunidades por delante.