En busca del gerente valiente que dignifique Emergencias
Un sábado de julio en el Centro Coordinador de Emergencias de Gipuzkoa, los Puntos de Atención Continuada (PAC) de Donostialdea están sin médico y los pacientes que llegan a dichos PAC son atendidos por enfermería. Cuando la patología de ese paciente debe ser tratada por personal médico, la enfermería sigue el protocolo enviado este año por Osakidetza y consulta telefónicamente al médico del Centro Coordinador, se dan indicaciones, se envía recurso, seguimos atendiendo todas las emergencias y urgencias que llegan desde los teléfonos del 112 y urgencias de otros centros de Osakidetza.
Esa tarde avisa el enfermero que entra de turno de noche de que está enfermo y no podrá hacer el relevo. Llamamos a nuestra responsable de fin de semana, que es miembro directivo del equipo de gestión. Su respuesta: no sabe qué enfermeros trabajan, no tiene la lista, nos pregunta: «¿Qué se hace en estos casos?».
Las trabajadoras presentes nos organizamos, tenemos experiencia ya para hacerlo, y gracias, una vez más, al sobreesfuerzo de uno de los nuestros, se cubre ese turno y muchos de los que han quedado sin cubrir por parte del equipo de gestión.
Pero la realidad es que no somos héroes, aunque trabajemos en nuestras vacaciones, no llegamos a todo. Este verano ha habido PAC y ambulancias medicalizadas sin médico, inconcebible. Pero, además, los centros coordinadores han funcionado con un número insuficiente de médicos o, incluso, sin médico en algún territorio.
Como consecuencia de ello, y por orden de este equipo de gestión, Enfermería ha coordinado sin ningún protocolo y auxiliares administrativos atendiendo llamadas y, frecuentemente, enviando recursos por estar ocupados los sanitarios. Hemos coordinado dos provincias a la vez y sin médicos en el PAC, enfermería ha asumido funciones sin ningún respaldo jurídico, mientras hemos atendido a lesionados medulares, accidentes de tráfico, ictus, infartos de miocardio y partos, hemos trasladado a pacientes graves a otras comunidades para su tratamiento, además de dar respuesta a pacientes de los centros de salud que cerraban por falta de médico y de los PAC, que con buen criterio acudían para ser atendidos por patología leve, aunque, al final, acababan en Urgencias de un hospital esperando horas a ser atendidos por falta de previsión y mala gestión de Osakidetza.
Mientras tanto, en Emergencias, nuestro equipo de gestión no es capaz de dar respuesta a esta situación, trasladando su incompetencia a los trabajadores y a la ciudadanía, poniendo en riesgo su salud y su seguridad. El verano se acaba con múltiples incidencias en Emergencias, con un gerente que ha dimitido, pero quedan las mismas personas en el equipo de gestión, con las mismas respuestas ante situaciones de falta de cobertura, sin poder solucionar los problemas que arrastramos desde hace años en nuestro servicio, sin noticias de la prometida ambulancia medicalizada de Nanclares y sin ningún plan estratégico para los siguientes años.
Sin rumbo ni horizonte los y las trabajadoras trabajamos el día a día atendiendo situaciones vitales sin saber qué nos deparará el futuro, sin saber si alguien tomará las riendas de este barco para convertir este servicio en puntero, dando respuestas eficaces y efectivas para las situaciones de urgencia y emergencia vital que tienen los pacientes o, en cambio, ¿el plan de Osakidetza es hacer desaparecer este servicio que salva vidas o quizá privatizarlo como se sospecha que quieren hacer con la sanidad pública en general?
Necesitamos un equipo de gestión acorde con las exigencias del Servicio de Emergencias-Osakidetza, que apueste por la sanidad pública y dimensione correctamente de personal necesario al servicio de Emergencias, tanto de personal facultativo como de auxiliares administrativos, técnicos de emergencias y enfermería, para poder evitar el cansancio y estrés laboral y acabar con el maltrato que se ha sufrido por parte de las direcciones desde hace años.
Necesitamos un o una gerente valiente que sea capaz de crear un plan estratégico real, conociendo y basándose en el funcionamiento de Emergencias, los avisos que realizamos en el día a día, que sepa gestionar las incidencias menores pero, también, que sepa dar respuesta en casos de incidentes con múltiples víctimas, accidentes, incendios o casos de extrema gravedad como puede ser un caso de fiebre hemorrágica, que tenga un plan estratégico donde se incluya formación e investigación para poder seguir dando la mejor respuesta a nuestros pacientes, en definitiva que cumpla con las labores de un buen equipo de gestión, que es lo que nuestra ciudadanía necesita y se merece.