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NUEVA YORK

La guerra de Ucrania centra la primera jornada de la Asamblea General de la ONU

La guerra en Ucrania protagonizó la primera jornada de la Asamblea General de la ONU, tanto por la intervención del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, como por la de otros líderes, entre el apoyo reiterado del presidente de EEUU, Joe Biden, y las críticas a la incapacidad y la hipocresía de la comunidad internacional de Lula o Petro.

Volodimir Zelenski escucha la intervención de  Joe Biden en la Asamblea General de la ONU.
Volodimir Zelenski escucha la intervención de Joe Biden en la Asamblea General de la ONU. (Jim WATSON | AFP)

Tras la decepción que dejó en Volodimir Zelenski la declaración de la cumbre del G20 en India, el presidente ucraniano buscó un nuevo apoyo en la Asamblea General de la ONU, en una intervención en la que acusó a Rusia de tratar de ganarse el apoyo de ciertos países con tratos bajo la mesa y les advirtió de que «no se puede confiar en el diablo».

Zelenski presentará hoy ante el Consejo de Seguridad los detalles de su plan de paz, que cuenta con el apoyo firme de la UE y EEUU, aunque la demanda de muchos de los Estados miembros de una solución dialogada se reflejó en que su intervención ayer fue menos jaleada que la del año pasado. Zelenski pidió una convención que regule el aumento de los arsenales más allá de los nucleares, en referencia a los que utiliza Rusia, y apuntó que Moscú hace también «de la escasez alimentaria un arma de guerra».

El presidente de EEUU, Joe Biden, respaldó la postura de Zelenski asegurando que ningún país tendrá asegurada su independencia si Ucrania pierde la guerra, por lo que reivindicó la necesidad de seguir apoyándole militarmente. Consciente de que muchos países africanos y latinoamericanos defienden una solución dialogada, dedicó parte de su discurso a lanzar guiños a los países del Sur global, hablando de la crisis climática o la inseguridad alimentaria.

Por su parte, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, consideró la guerra en Ucrania una prueba de la incapacidad de ese organismo y de la comunidad internacional, cuando los propios países del Consejo de Seguridad de la ONU declaran guerras y las impulsan. Insistió en la necesidad de llevar a Moscú y a Kiev a una mesa de negociaciones y rechazó «todo intento de reeditar la Guerra Fría.

También el presidente colombiano, Gustavo Petro, cuestionó la diferencia al abordar los conflictos de Ucrania y Palestina y propuso que la ONU convoque sendas conferencias de paz como modelo para acabar «con estas guerras y otras», y con «la hipocresía como práctica política». Criticó, además, que se pida el apoyo de Latinoamérica y se olvide que «a nuestros países los invadieron varias veces los mismos que ahora hablan de luchar contra invasiones».



El Sur global exige «un nuevo contrato mundial»

En nombre del G77+China, grupo que preside y que representa al 80% de la población mundial, el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, demandó «un nuevo contrato mundial, más justo», apelando al reparto de la riqueza, la reestructuración de la deuda de los países empobrecidos y a enfrentar el cambio climático frente a la creciente brecha entre Estados ricos y pobres. Así, exigió una transformación de la arquitectura financiera global, «profundamente injusta, anacrónica y disfuncional». Recordó que quienes menos influyen en la crisis climática son los que más padecen sus efectos y acusó los países más industrializados, «depredadores voraces de recursos y del medio ambiente», de eludir sus responsabilidades y de incumplir las sucesivas promesas firmadas en foros internacionales.

También el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, denunció ante la Asamblea la falta de voluntad política para revertir las desigualdades y advirtió de que la Agenda 2030 podría convertirse en el «mayor fracaso» de la ONU si no avanza con mayor celeridad en su aplicación. «El mundo es cada vez más desigual. Los 10.000 millonarios más ricos del mundo acumulan más riqueza que el 40% más pobre de la humanidad», denunció, criticando «la falta de voluntad política de aquellos que gobiernan el mundo para superar las desigualdades». Asimismo, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, apeló a «acabar la guerra y reformar el sistema financiero mundial» después de que en el último año se agravara la gerra, el hambre, la recesión y la crisis climática. GARA