Daniel GALVALIZI
MADRID
EL RELOJ ELECTORAL, EN MARCHA

Llega la investidura más extraña, con Feijóo en modo opositor y derrotista

El primer pleno con un candidato del PP desde 2016 comenzará hoy al mediodía y tendrá su primera votación mañana y la segunda, el viernes. El propio líder gallego ha admitido que será fallida y se espera una fuerte arenga contra la amnistía y los socios de Pedro Sánchez, mientras no cesa la presión hacia el PSOE para un nuevo «tamayazo».

Feijóo, en el acto que el PP organizó el domingo en Madrid.
Feijóo, en el acto que el PP organizó el domingo en Madrid. (Jesús HELLÍN | EUROPA PRESS)

El Estado español sigue rompiendo techos de cristal. De la última sesión en la que, por primera vez en casi cinco décadas desde la muerte del dictador, se aprobara la utilización de las lenguas cooficiales en el hemiciclo, ahora el nuevo pleno tendrá otra extrañeza de la historia: el candidato a presidente del Gobierno que quiere liderar la oposición.

El pleno de investidura llega menos de 48 horas después de la masiva manifestación del PP en contra de la supuesta amnistía que planea el PSOE, algo todavía no aclarado y cuyo alcance legal se desconoce. Igualmente, Isabel Díaz Ayuso, José María Aznar, Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo quisieron acelerar la estrategia de desgaste contra lo que ellos denominan «el sanchismo», con la mirada puesta en una eventual repetición electoral o en el arrinconamiento de un posible Ejecutivo plurinacional que tendrá los números parlamentarios muy ajustados.

Pero el expresidente de la Xunta de Galicia quiso tener su momento y pidió a Felipe de Borbón que lo designara candidato. Con el fantasma de Rajoy y su petición en sentido contrario al rey hace siete años (el último candidato a investidura que tuvo el PP) y con el ejemplo de Inés Arrimadas en Catalunya, Génova consideró que lo mejor era ir al hemiciclo y probar suerte. Entabló unas negociaciones edulcoradas y si bien comenzó conversaciones con Junts (el verdadero «king maker» de esta ocasión), luego se asustó por el impacto mediático de tener una reunión formal con quien demandaba una amnistía, por lo que la canceló.

El camino de Feijóo viene sufriendo tira y afloja. Ya en la segunda semana de septiembre, sin darse a sí mismo mucho tiempo para negociar (cuanto solo con los avales seguros de Vox y UPN y muy posiblemente Coalición Canaria), dijo ante la Junta Directiva Nacional de su partido: «No tengo muchas esperanzas, pero es mi obligación intentarlo». Sin embargo, se plantó más como opositor que como candidato, aunque le pidió a la presidenta del Congreso un buen tiempo hasta tener su pleno.

Los tirones entre los extremos del PP vienen haciéndose evidentes. Los pragmáticos que no quieren una batalla cultural, que en la Ejecutiva están representados por Elías Bendodo (exportavoz interno de Soraya Sáenz de Santamaría), un hombre cercano al presidente andaluz, frente a los que sí la desean y presionan desde fuera, encabezados por Díaz Ayuso, Aznar y algunos importantes voceros conservadores en los medios.

Los segundos salieron en tromba a cuestionar la estrategia por lo de las lenguas cooficiales, con el dicurso bilingüe de Borja Sémper como guinda del pastel, mientras que los primeros apoyban las negociaciones con el PNV y Junts, y el desmarque con Vox. La tensión promete ir a más.

LA HOJA DE RUTA

El pleno está convocado para las 12 del mediodía de hoy y por la tarde se hará un paréntesis hasta las 09.00 de mañana. El único con tiempo sin limitaciones es Núñez Feijóo, en tanto que los grupos parlamentarios dispondrán de 30 minutos cada uno y diez de réplica (pueden no usarlos todos, claro). Intervendrán de mayor a menor, como es norma habitual.

Al finalizar la sesión de mañana será la primera votación, que exige una mayoría absoluta (176 escaños). Por reglamento, la segunda votación se realiza dos días después (el viernes) y el candidato puede ganarla con mayoría simple. Allí son importantes las abstenciones, porque no hay un mínimo de apoyos a obtener.

Un detalle curioso: Francina Armengol ha citado a las 12.00 de hoy para que comience el debate, cuando la tradición suele ser a las 9 (así lo fue en la última, por ejemplo, el 4 de enero de 2020). No es osado pensar que es parte de la táctica desgaste del PSOE: como esta legislatura hay menos grupos, el debate podía encajar en un día entero de sesión maratoniana, pero finalmente se aseguran que haya tres jornadas en las que sea palpable el fracaso de Feijóo en sumar voluntades y su unión con Vox.

También en el flanco del PSOE hay grietas internas, especialmente en torno a la posible amnistía a los encausados del «procés», más aún desde que el líder de ERC, Oriol Junqueras, dijera que esa medida ya es «un acuerdo existente».

El PP comunicó la semana pasada que Núñez Feijóo llamó por teléfono al barón Emiliano García-Page, opositor interno de Sánchez. El presidente de Castilla-La Mancha se ocupó de decir públicamente que no pierdan tiempo buscando en él un lobista para operar un «tamayazo».

«El que esté jugando a que la falta de votos del PP se lo compensen tránsfugas del PSOE, puede que los encuentren, pero desde luego no será porque yo los busque ni yo los ampare», afirmó.

Su «puede que los encuentren» tuvo mucho eco mediático, más cuando todo el campo conservador español está activado para conseguir la proeza: siete abstenciones del PSOE el viernes para que gobierne Núñez Feijóo. El fuego amigo de Felipe González y Alfonso Guerra, con frases machistas incluidas, no ayuda a quienes tienen una pizca de duda de la lealtad de los 122 diputados del PSOE.