Nerea LAUZIRIKA
BILBO

Las «Manuelas», referentes en la lucha por el empoderamiento político de las mujeres

Mariana Mangini explicó en Bilbo la labor que lleva a cabo la organización feminista peruana Movimiento Manuela Ramos. Trabajan por el empoderamiento social, económico y político de mujeres y disidencias de Perú.

Mariana Mangini.
Mariana Mangini. (Oskar MATXIN | FOKU)

La activista feminista de Perú Mariana Mangini explicó el trabajo que realizan en la organización feminista Movimiento Manuela Ramos. Su tarea se centra en el empoderamiento social, económico y político de mujeres y disidencias, para lo que tienen en marcha los programas “Sexualidad y Autonomía Física”, “Poder y políticas” y “CrediMujer”.

Mangini es la encargada del voluntariado del movimiento, que cuenta con 45 años de trayectoria, y participó en un acto organizado en Bilbo por la ONG InteRed.

Señaló la necesidad de seguir luchando para que se tipifique el acoso político que sufren las electas peruanas.

Se mostró preocupada por el «contexto adverso» que vive su país. Si bien subrayó la movilización social que se ha estado produciendo, recordó que la represión está siendo realmente feroz. Asimismo, lamentó que pese a que continúan las movilizaciones, la cobertura de los medios se ha reducido.

Además, Mangini aseguró que el Estado está haciendo captación de los distintos poderes y también de la prensa. Del mismo modo, señaló el racismo y el clasismo como obstáculos para avanzar en la conquista de derechos.

«Nos quieren quitar derechos reproductivos ya ganados», denunció, «y quieren cambiar el nombre del Ministerio de la Mujer al de Ministerio de la Familia». Pero, aseguró que están organizadas: «Estamos en diferentes luchas acompañando, acuerpando».

En ese sentido, quiso destacar los logros de la región de Puno, a partir del empoderamiento de las mujeres electas: «Son pioneras en crear ordenanzas para prevenir el acoso sexual callejero».

HOSTIGAMIENTO POLÍTICO

Mangini explicó que el acoso que sufren las mujeres electas en Perú llega al punto de cuestionarse públicamente su validez para el puesto por el hecho de ser mujeres. Esto hace que haya quien se retire o que otras ni se planteen postularse. Por ello, la activista subrayó la importancia de empoderarlas.

«Tenemos que fortalecer a las mujeres electas para que sean ellas quienes trabajen para que se implementen ciertas medidas», aseguró, ya que debido a la mayoría conservadora del Congreso, una organización feminista como la suya tiene verdaderamente difícil que sus propuestas sean siquiera escuchadas.

La existencia de mujeres electas es necesaria, incidió Mangini, para corregir cuestiones de algunas leyes. Puso como ejemplo que hasta el año pasado las mujeres desaparecidas no formaran parte del recuento de víctimas de violencia contra la mujer; «estamos hablando de 700 mujeres desaparecidas, en su mayoría menores, por mes».

La activista considera que a menudo, aunque las leyes estén más o menos bien, hay que estar alerta para que las sanciones se apliquen debidamente, ya que a veces se han visto rebajadas «por la vida social que llevaba la víctima o porque llevaba una trusa (braga) roja».

Del mismo modo, aclaró que la reparación de las víctimas no se reduce al encarcelamiento de los agresores.

AUTONOMÍA ECONÓMICA, COMO SEGURO DE HUIDA

El programa “CrediMujer” es una unidad de financiamiento para impulsar la creación de bancos comunales, con el objetivo de que las mujeres accedan al crédito para implementar negocios que les generen ingresos. Así, facilitan que puedan dejar de depender económicamente de su agresor.

El programa funciona a nivel regional y, según explicó Mangini, las 20.000 socias que tiene la red se convierten en referentes de sus comunidades en la ruta de denuncia, y garantía de respuesta: «Cuando van a denunciar diciendo que son Manuelas, la Policía se apura más». La activista aseguró que los policías son «casi nuestros enemigos»: «En entornos rurales te devuelven a la casa de la que te has ido».