La SD Amorebieta quiere seguir haciendo de Lezama su fortín y busca olvidarse de las decepciones que lleva a domicilio, donde solo ha sumado un punto y acumula tres derrotas seguidas. En Lezama ha sumado 7 de 9 puntos posibles y encadena dos triunfos con autoridad ante el Andorra (3-0) y el Mirandés (2-0) después del empate frente al Levante en el debut.

Los azules, decimoterceros con 8 puntos, no han perdido en casa y encaran el choque frente al Cartagena con la intención de mantenerse fuera de unos puestos de descenso que tienen a un solo punto pero a seis posiciones.

Haritz Mujika, técnico del equipo vizcaino, destacaba que «en Lezama estamos haciendo buenos partidos porque hacemos bien las cosas y somos contundentes». Asimismo, confirmó que tendrá la baja de Jorge Mier a causa del esguince en el tobillo derecho que sufrió el defensa asturiano en el encuentro ante el Villarreal B. El lateral derecho será sustituido en el once por Álvaro Núñez y, probablemente, causará baja también en la visita del jueves próximo al Racing de Ferrol y podría volver a estar disponible para la cita frente al Eibar del domingo 8 en Lezama. Mier se suma así a la ausencia del también lesionado Javi Avilés, que se recupera de una luxación en el hombro izquierdo.

Se espera que Mujika mantenga buena parte de su bloque habitual con Pablo Campos, bajo palos; Manu Hernando, Xabi Etxeita y Félix Garreta, en defensa; Alex Carbonell y Erik Morán en el doble pivote; Josué Dorrio y Jon Morcillo en las bandas; y el australiano Ryan Edwards, autor de los dos tantos al Mirandés, por detrás del ariete Eneko Jauregi en las posiciones más adelantadas. De haber algún cambio, los jugadores candidatos a volver serían el lateral izquierdo Iker Seguín, el medio centro ghanés Kwasi Sibo, el prometedor zurdo hispanocolombiano Luis Quintero, el extremo Rayco Rodríguez y el media punta Javi Eraso.

NUEVO TÉCNICO

El Cartagena se presenta con un relevo en el banquillo tras la destitución de Víctor Sánchez y el fichaje de Julián Calero. Es colista y buscará enderezar el rumbo después de lograr solo un triunfo y perder los seis encuentros restantes.