Raimundo FITERO
DE REOJO

Sin tesis no hay hipótesis

Encontrar flores en el mar, documentar un cruce de cánidos pirenaicos e italianos o apostar por una investidura positiva en las próximas semanas, es como jugar al cinquillo con cartas de amor. Son asuntos difíciles de asumir, narrar, comprender, al igual que la nueva sinvergonzonería de Florentino y sus palmeros en nómina con el denominado caso Negreira que, dado el paso al modo jauría, va a deteriorar todavía más la imagen del fútbol en el reino borbónico. Si los árbitros estaban comprados y la competición adulterada, ¿de quién es la culpa?

Estos tiempos en barbecho de la tragedia política nos lleva a mirar el ayer como si fuera un tiempo lejano. El pistolero de Amurrio tiene licencia para amenazar de manera explícita con un golpe violento sin que nadie le llame la atención. Ese «después no vengan llorando», sería más que suficiente para abrir un expediente. Pero como forma parte de un todo como dijo Matute «el orden de los factores no altera el fascismo», vienen semanas de exabruptos generales con cualquier excusa.

Así que, si cada persona con una mínima inquietud política se le supone que piensa en lo qué nos viene, pregunto en primera instancia: ¿el cuñado de Urdangarin le propondrá a Sánchez ser candidato o seguirá borboneando y cumplirá las consignas de la derecha para que se vaya directamente a nuevas elecciones? Es una hipótesis. Aunque no hay tesis conocida que la sustente. Como no la hay de forma rotunda para pensar que los independentistas catalanes estén con ganas de pasar de nuevo por las urnas, aunque lo parezca. Sumar se desvanece.