«Artozkira ez da gutunik heltzen», cantaba Berri Txarrak. Y así sigue. Sin embargo, desde el fondo del pantano de Itoitz, emite mensajes de denuncia de los sucedido allí hace ahora dos décadas. El último día de septiembre de 2003, las máquinas entraron en Artozki e Itoitz para destruir los pueblos y hundirlos bajo el agua de un nuevo pantano. Aquel día la Policía Foral se llevó más de una treintena de obras de arte y, ahora, dos décadas después, 14 de ellas han sido devueltas de forma anónima.

A lo largo de septiembre de 2003 centenares de personas acudieron al llamamiento de Solidarias con Itoitz para defender los pueblos amenazados por el pantano. En Itoitz la resistencia duró tres días. En Artozki, 16. Antes de vaciarse y desaparecer, los pueblos se llenaron de solidaridad y actividad. Uno de estos proyectos fue Artozki-Artezki, convirtiendo la localidad en espacio para la creación, la cultura y el arte.

Murales, conciertos, diferentes actuaciones artísticas y más de una treintena de obras de arte llegaron al pueblo con una única condición, que aquellas obras se hundiesen con el pueblo. Sin embargo, la Policía Foral se las llevó.

Tal y como explicaron la Plataforma de vecinas amenazadas por Itoitz y Solidarios con Itoitz ayer en la rueda de prensa ofrecida en Geltoki (Iruñea), recientemente se les han devuelto 14 obras «de forma anónima». Concretamente, cuadros de Ane Mugeta Ripodas, José Luis Zumeta, Ander Hormazuri Alkiza, Txiki Agirre Garate Keixeta y Faustino Aranzabal Salegi, así como esculturas de Anton Mendizabal, José Ramón Anda Goikoetxea, Juan Gorriti, Iñaki Olazabal Eceiza y Joseba Lekuona Yaben. También ha aparecido un platillo del grupo Hurto. Por contra, hay documentadas al menos obras de otras 22 personas que no han aparecido, además de libros, discos, vídeos y material deportivo.

EXPOSICIÓN

Lorena Beroiz, en nombra de la Plataforma de vecinas amenazadas por Itoitz, y Txiki Zamora, de Solidarios con Itoitz, denunciaron «el trato» recibido por las obras. «Es una cruel metáfora de la imposición, menosprecio, humillación y saqueo que sufrieron los habitantes de los valles de Irati y Urrobi».

Han recuperado menos de la mitad de las obras que se encontraban en el proyecto Artezki, por lo que criticaron la «negligencia y falta de rigor» en su control. «¿Dónde está el resto?». Vieron a la Policía navarra llevarse aquellas obras, y allí les perdieron la pista. Por ello exigen la devolución de todos los trabajos con el fin de «conformar el Museo de Arte, Memoria y Defensa de la Tierra que recuerde la memoria de unos valles y unos pueblos destruidos por el pantano de Itoitz».

Con motivo del aniversario de la defensa de estos pueblos, ambas plataformas han organizado una serie de eventos para las próximas semanas. Las obras se pueden visitar hasta el día 10 en Geltoki, en la taquilla de Rio Irati, donde los vecinos compraban su billete para ir a casa. Se cerrará con una mesa redonda.

Las obras se trasladarán después a la Casa de Cultura de Agoitz, donde se podrán visitar desde el 20 de octubre. Y el día 21, Agoitz acogerá un día de fiesta y reivindicación.

«Queremos recordar la dignidad de las vecinas defendiendo sus pueblos, la tenaz resistencia de los activistas, la destrucción de unos valles irrenunciables en la actual crisis ecosocial y la imposición de unas autoridades corruptas que no tuvieron reparos en pervertir su propia», dijeron.