Ainara LERTXUNDI
BARAKALDO
Elkarrizketa
Cristina Eguizabal Argaiz
Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos en Osakidetza

«Sin investigación no podemos tener cura, es fundamental»

Cristina Eguizabal Argaiz, investigadora coordinadora de la Unidad de Terapias Avanzadas del Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos en Osakidetza-IIS Biobizkaia, lidera un proyecto de investigación con células NKG2D-CD19-CAR-NK contra tumores solidos óseos, que «presentan un grado más de complejidad» y un bajo índice de supervivencia.

(Aritz LOIOLA | FOKU)

Ermua acogerá el domingo la IX Marcha contra el Cáncer de la localidad. Esta edición, de 3,4 kilómteros, contará con un máximo de 3.000 plazas. Los fondos recaudados -la cuota de inscripción es de 10 euros- se destinarán a un proyecto de investigación con células madre CAR-NK-DUAL contra túmores sólidos -en los que el índice de supervivencia es bajo- que lidera Cristina Eguizabal Argaiz, coordinadora de la Unidad de Terapias Avanzadas del Centro Vasco de Trasfusión y Tejidos Humanos en Osakidetza-IIS Biobizkaia.

«Tenemos la gran suerte de contar con el apoyo de la Asociación contra el Cáncer. Con su solidaridad, pacientes y familiares de pacientes ayudan a que podamos seguir investigando, que es clave para seguir avanzando en nuevos tratamientos contar el cáncer y entender todavía mejor la enfermedad», resalta Eguizabal en entrevista a GARA.

Las células madre son uno de los grandes descubrimientos. ¿Cuántos tipos hay?

Se trata de células indiferenciadas que se han localizado en la masa celular interna del embrión en algunos tejidos fetales, en el cordón umbilical y la placenta, y varios tejidos u órganos adultos. Lo que las define es su capacidad para autorenovarse o replicarse, y su potencia para diferenciarse en tipos de células especializadas. Pueden ser totipotentes, pluripotentes, multipotentes y unipotentes, que dan lugar a tejidos especializados y órganos. Las células madre pluripotentes se obtienen a partir de un blastocisto humano. Con ellas podemos obtener todos los tipos de células adultas.

También tenemos las células madre pluripotentes inducidas, que se generan en el laboratorio. Otro tipo son las multipotentes, que dan lugar a todas las células de la sangre. Son las que se utilizan para los trasplantes en pacientes con algún tipo de cáncer. Las podemos obtener a partir de la sangre movilizada de donantes de sangre o de sangre de cordón umbilical, por eso es tan importante la donación de la sangre de los cordones umbilicales. Su sangre está llena de células madre multipotentes. También tenemos otro tipo de célula madre, con menos potencial, que son las espermatogénica.

Resalta la importancia de donar la sangre del cordón umbilical. ¿Por qué?

Hay pacientes a los cuales se les debe realizar un trasplante de progenitores hematopoyéticos de sangre del cordón.

Nosotros vamos a comenzar un ensayo clínico con células que proceden de esas unidades del cordón umbilical no válidas para trasplante por su baja celularidad para hacer un medicamento de terapias avanzadas contra el cáncer.

Igual que donar sangre, es importante donar sangre de cordón umbilical. El Centro Vasco de Transfusiones y Tejidos Humanos es el centro de referencia donde se guardan las donaciones de sangre de cordón umbilical. Durante el embarazo, las matronas o el facultativo médico pregunta a la mujer si le gustaría donarlo en el momento del parto.

Los fondos recaudados en esta carrera solidaria irán destinados a la investigación de nuevas terapias contra tumores sólidos, en concreto, al uso de células madre CAR-NK DUAL. ¿En qué consiste?

Llevamos unos ocho años trabajando en una nueva inmunoterapia contra el cáncer. Normalmente, estas inmunoterapias suelen ser con células CAR-T. Los linfocitos T son células del sistema inmunitario que se forman a partir de células madre en la médula ósea y su función principal es participar en la protección del organismo frente a infecciones, pero también pueden combatir contra las células cancerígenas. Se obtienen de la sangre del paciente y se modifican en el laboratorio al añadirles un gen con un receptor (llamado receptor quimérico de antígenos o CAR) el cual ayuda a las células T a adherirse a un antígeno en específico de las células cancerosas. Luego, estas células CAR-T son introducidas nuevamente en el paciente.

Dado que los diferentes tipos de cáncer tienen distintos antígenos, cada CAR está hecho para el antígeno específico de un cáncer. Estas inmunoterapias son un poco más personalizadas que una quimioterapia o radioterapia.

Nosotros, en vez de utilizar células T del paciente, estamos utilizando células NK de nuestros donantes, en concreto, de las donaciones de sangre de cordón umbilical. Hemos realizado muchos estudios preclínicos, in vitro y en animales para ver cómo actúa este CAR-NK. Primero iniciamos contra tumores hematológicos, una diana terapéutica para pacientes con ciertos linfomas o leucemias que han recaído o que son refractarios a los tratamientos habituales. Esas células tumorales contienen el antígeno CD19, por lo que la terapia celular CAR-NK CD19 va destinada a matar este antígeno y pronto veremos este medicamento de terapias avanzadas en un ensayo clínico en pacientes y producido en nuestra Unidad de Terapias Avanzadas del Centro Vasco de Transfusión y Tejidos Humanos. Partiendo de este conocimiento y experiencia, queremos ver cómo funciona este tratamiento en tumores sólidos, que tienen un grado más de complejidad que un tumor hematológico, porque son como una masa tumoral y es más difícil de acceder a ellos.

Parece ser que esos tumores expresan el receptor NKG2D. Queremos estudiar sin con estas NK, que tienen ventajas frente a un linfocito T, junto con un CAR contra CD19 y NKG2D conseguimos matar eficientemente esas células del tumor óseo. Es un CAR dual que tiene dos dianas terapéuticas. Creemos que con esto vamos a potenciar aún más su capacidad de matar dentro del tumor óseo.

La investigación es clave. ¿Hay suficiente conciencia?

Es un pilar fundamental para seguir avanzando en nuevos tratamientos contra el cáncer y entender todavía mejor la enfermedad, sobre todo en cánceres complejos.

La cooperación entre asociaciones de cáncer, pacientes, investigadores… es un todo.

Tenemos la gran suerte de contar con el apoyo de la Asociación contra el Cáncer. Con su solidaridad, pacientes y familiares de pacientes ayudan a que podamos seguir investigando. Han venido a ver el centro, les explico qué estamos haciendo -desde la inmunoterapia con CAR-NK en tumores hematológicos hasta esta nueva investigación-. Es importante visibilizar y que ellos también vean que estas carreras solidarias y su apoyo económico se ve reflejado.

La influencer Elena Huelva, fallecida en enero, visibilizó en sus redes el cáncer adolescente y, en concreto, el sarcoma de Ewing, y puso el foco en la importancia de la investigación. ¿En qué medida ayudan estos casos de relevancia pública a crear concienciar?

Cualquier pequeña visibilización que se haga desde cualquier ángulo, véase redes sociales, influencers, políticos…, es siempre beneficiosa. Creo que todavía se tiene que hacer aún más desde la clase política, que son quienes toman las decisiones sobre los destinos de los fondos y partidas presupuestarias. Se dijo durante la pandemia que gracias a los científicos se consiguió producir vacunas. Hay cambios pero no cambios abismales en las partidas presupuestarias. La financiación es un tema muy importante, al igual que la estabilización de las plantillas. No puedes tener a parte de tu equipo sin saber si dentro de seis meses seguirá estando o no. Son todos ellos y ellas quienes van a conseguir obtener datos para que luego se conviertan en un ensayo clínico y que, finalmente, llegue al paciente. Si no sabemos dónde van a estar en seis meses, apaga y vámonos.

Otra de las investigaciones que dirige es la criopreservación de tejido testicular en pacientes oncológicos prepúberes o con síndromes genéticos. ¿En qué consiste?

Los niños que todavía no han alcanzado la madurez sexual y son diagnosticados con cáncer automáticamente reciben un primer ciclo de quimioterapia o radioterapia que van a afectar muchísimo a las células madre espermatogénicas que tienen en el testículo porque son muy sensibles a esos tratamiento. Supongamos que ese niño se cura del cáncer y el día de mañana se convierte en adulto, pero no puede tener espermatozoides. En 2016, empezamos a recoger biopsias de tejido testicular en el momento en que estos pacientes van a quirófano para que les pongan el Port-a-cath por donde recibirán el tratamiento oncológico. Si los padres están de acuerdo, se toma una biopsia testicular y se trae al centro, donde la criopreservamos como cualquier otro tejido.

Desde la comunidad científica estamos barajando tres opciones para restaurar la fertilidad a estos pacientes. La que más se postula y que ya se ha demostrado que funciona en monos es trasplantar esos fragmentos criopreservados en el escroto del testículo de ese paciente cuando se convierta en adulto y quiera ser padre. Ahí maduran esas células madre espermatogénicas, se recogerían espermatozoides y mediante técnicas de reproducción asistida podría tener un hijo genéticamente suyo. Hay otras dos vías. Una de ellas es aislar las células que están en la biopsia y madurarlas in vitro para luego trasplantarlas en el testículo, y la tercera, realizar todo el proceso en laboratorio. En la actualidad tenemos biopsias testiculares criopreservadas de 40 pacientes.